El año 2016 se caracterizó por constantes reducciones en la calificación de riesgo soberano, una probabilidad de impago de parte del Gobierno central y un alto nivel de polarización política que frenó la emisión de bonos en el mercado internacional. Todo esto influyó para que el financiamiento se incrementara en 1 %.

Visto a nivel macroeconómico, “en términos de financiamiento total a nivel de sistema, incluyendo depósitos, fácilmente se puede decir en 100 puntos básicos, un 1 %, se ha venido incrementando en el último año”, manifestó Rolando Martínez, senior director de Fitch Ratings.

A inicios de febrero, la agencia redujo la calificación de riesgo soberano de El Salvador a “B”, desde la “B+” otorgada el año pasado, y colocó la perspectiva en negativa debido a la polarización política, que ha impedido al Gobierno obtener financiamiento y adoptar medidas fiscales que permitan detener el deterioro de las finanzas públicas.

“De no resolverse, esto podría derivar en rebajas adicionales y eso repercute en los costos del financiamiento no solo en el Gobierno sino también de las instituciones bancarias”, advirtió Martínez.

Por otro lado, el experto prevé que la banca salvadoreña no crezca arriba de un 5 % porque “está vinculado a las oportunidades de negocios que da el crecimiento de la economía” de El Salvador.