El Ejecutivo desiste de activar un plan de reapertura de la economía. La negativa fue confirmada el domingo por el presidente Nayib Bukele quien, en Cadena Nacional, sostuvo que “por más que los empresarios griten” no es tiempo de abrir.
El sector productivo enfrenta un progresivo deterioro por el paro preventivo de la economía activado el 21 de marzo, cuando entró en vigor la cuarentena domiciliar obligatoria, parte de las medidas para frenar el avance de la pandemia del COVID-19.
El Salvador reportó su primer caso hace dos meses, el pasado 18 de marzo y hasta ayer por la tarde tenía 1,413 confirmados. El mes pasado, el expresidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), Luis Cardenal, anunció que había un acuerdo con el Gobierno para retomar la actividad del tejido productivo desde mediados de mayo. Sin embargo, una aceleración de los contagios mantienen al país bajo medidas más restrictivas.
Sectores como la Corporación de Exportadores de El Salvador (Coexport) han advertido que la prolongación indefinida de las medidas minará la competitividad de sectores claves.
Marvin Melgar, presidente de Coexport, dijo ayer en Radio YSKL que Guatemala y Honduras, dos competidores de El Salvador, no han dejado de exportar. El sector salvadoreño se ve afectado desde el 7 de mayo cuando se reforzaron los controles y se activó una “cuarentena especial” que restringió más la actividad empresarial y además paralizó el transporte público. La medida estaría activa hasta la medianoche del 21 de mayo, pero no hay señales de un cambio inmediato.
Melgar sostiene que apoyan una reapertura gradual de la economía“a efecto de dar equilibrio a la estrategia de contención del COVID-19 y llevar alivio económico a los sectores más afectados”.
Coexport estima que el sector sufrirá una caída de la actividad exportadora en un 20 % para el cierre de 2020.
Sin embargo, no son los únicos. Sectores como el comercio, centros de llamada, distribución, alimentos y hotelería están también entre los afectados por el paro casi total de la economía.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que al cierre del año la economía caiga a - 5.4 %, el peor registro desde la crisis de 2009.