“Yo creo que es un problema que el país haya caído internacionalmente en situación de impago. Eso ha bajado enormemente la calificación del país a una calificación realmente que encarece los préstamos no sólo para el Estado salvadoreño aún también para las empresas”, dijo el empresario ayer, al ser consultado sobre los efectos de esta situación en la economía.
Para solucionar el impago, la semana pasada, en la Asamblea Legislativa se acordó recortar $56.67 millones de instituciones del Estado salvadoreño, entre ellos al Ministerio de Educación, para el pago de los Certificados de Inversión Previsional (CIP).
En ese sentido, el empresario consideró que “si no logramos educar en una forma efectiva a los salvadoreños para que salgan adelante, realmente el futuro del país sigue siendo incierto”.
Por su parte, el también empresario Alejandro Poma consideró que el papel del Gobierno sería actuar de “una forma distinta” y “tratando de ser consecuente con sus palabras”. “Hay veces que dan un discurso que es alentador, sin embargo las acciones demuestran otras cosas. Esa falta de coherencia entre el discurso y la acción es preocupante y manda señales mixtas”, agregó.