El Banco Mundial enfatizó que las economías centroamericanas deben aumentar la participación laboral de las mujeres. /DEM


Centroamérica en su conjunto representa la séptima economía más grande América Latina, sin embargo, existen grandes brechas que los seis países de la región deben apuntar para alcanzar un crecimiento sostenido tras la pandemia del covid-19.

Un nuevo estudio “Desatando el potencial de crecimiento de América Central” del Banco Mundial, presentado este lunes, señala que incrementar la productividad en los seis países que conforman Centroamérica será la principal clave para que se recuperen de la pandemia del covid-19 y avancen hacia un crecimiento y generación de empleo sostenido.

Jorge Thompson Araujo, gerente de Práctica de Macroeconómica del Banco Mundial y parte del equipo investigador, explicó que la región centroamericana alcanzó “cierta estabilidad” desde la década de 1990 hasta el choque de la pandemia del covid-19; sin embargo, no alcanzó para cerrar la brecha de ingresos por Producto Interno Bruto (PIB) per cápita relativos a Estados Unidos.

“Centroamérica está todavía en niveles similares a los años 50, esto se debe al declive observado en los años 80 producto de la inestabilidad política de la región. Desde principios de los 90, se observa una sostenida recuperación”, señaló el economista.







Centroamérica representa un total de 46 millones de personas y tiene un PIB de $265,000 millones. Es la séptima economía más grande de Latinoamérica, tras Brasil México, Argentina, Colombia, Chile y Perú.

El desempeño económico de la región en las últimas tres décadas -de 1991 a 2017- fue de una expansión promedio de 4.5 % al año, por encima del resto de América Latina y el Caribe. Esto se logró con “poco” aporte de la productividad, pues la mano de obra representó dos tercios del crecimiento del PIB regional y el capital el resto.

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El estudio concluye que el istmo debe apuntar a la productividad para salir de la crisis, pero para alcanzarla se requiere de un paquete de reformas que cada economía centroamericana debe emprende en:

  • Reducir costos y barreras al comercio intrarregional y con México. El Banco Mundial señala en su informe que los aranceles en Centroamérica representan hasta el 74 %, mientras que el costo de transporte es de $0.17 por tonelada-kilómetro, incluso por arriba del promedio de $0.06 en África.

  • Invertir en capital humano y en infraestructura. El multilateral señala en su informe que al reducir las brechas de conocimientos y habilidades se fortalecerá la competitividad, se dará mayor flexibilidad y capacidad innovadora de la fuerza laboral. En este pilar se sustenta el apoyo al desarrollo de industrias modernas que ocupen trabajadores altamente calificados, como en tecnologías de la información y comunicación.

  • Atraer inversiones privadas y mejorar el entorno empresarial. Esto se acompaña, según la recomendación del Banco Mundial, con calidad de las instituciones. Se necesitan grandes proyectos de inversión, pero en reglas claras y con un sistema capaz de fiscalizar y hacer alianzas con el sector privado.

  • Modernizar los códigos laborales. Estos esquemas deben responder a la nueva realidad tras la pandemia, atraer los empleos del futuro, facilitar la movilidad entre empresas y fomentar la formalidad. Además, se debe impulsar la participación de las mujeres y jóvenes.


Un mensaje clave es que Centroamérica no ha aprovechado al máximo las oportunidades que brinda su geografía y sus dotaciones.
Jorge Thompson Araujo
Gerente de Práctica de Macroeconómica del Banco Mundial

 

Las huellas de la pandemia.


Lamentablemente “la pandemia no ha sido vencida aún”, señaló Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para Latinoamérica y el Caribe, al recordar que el covid-19 dejó una crisis sanitaria, económica y social.

Jaramillo destacó que, según estimaciones del Banco Mundial, la pandemia y los huracanes de Eta e Iota empujaron a 2.5 millones de centroamericanos al umbral de la pobreza. Actualmente, en la región viven 20 millones de personas con ingresos insuficientes para satisfacer sus necesidades básicas, pues la pobreza pasó de 35 % a más del 40 % entre 2019 y 2020.
Para revertir este aumento en la pobreza es fundamental aumentar el nivel de crecimiento de la actividad económica y el empleo. Calculamos que el crecimiento debe acelerarse al 3.5 % y 4 % anual”.
Carlos Felipe Jaramillo
Vicepresidente del Banco Mundial para América Latina

Pero “cómo aumentar el ritmo de crecimiento y productividad”, agregó, el nuevo estudio del Banco Mundial pretende ser un insumo para los gobiernos de la región.