El lunes, China anunció aranceles de entre 15 y 25 % para 128 productos estadounidenses, por un valor de $3,000 millones, si no alcanzaba un acuerdo con Washington, que a inicios de este mes anunció tarifas de 25 % a las importaciones de acero y de 10 % a las de aluminio.
Washington excluyó temporariamente a un grupo de países de esas tarifas, una medida que benefició a Argentina, Brasil y México, además de los miembros de la Unión Europea, Canadá y Australia, pero que dejó fuera a China.
Sin embargo, China tiene un peso casi marginal en las importaciones de acero por parte de Estados Unidos, donde el gigante asiático representa menos de 3 % del mercado.
En su respuesta, China se concentró en medidas de represalia contra la carne de cerdo proveniente de Estados Unidos y por el momento ha dejado a salvo productos estratégicos como la soja, en el segmento agrícola, o los aviones de Boeing, en el sector industrial.
Una medida “simbólica”
En la opinión de Edward Alden, experto en Comercio Internacional para el Consejo de Relaciones Exteriores, las medidas anunciadas “envían un mensaje claro de que China responderá rápidamente a cualquier acción comercial estadounidense”.
Imponer tarifas a las frutas, la carne de cerdo o el vino estadounidense “es simbólico. (Los chinos) no han tomado medidas contra el sorgo o la soja”, apuntó Monica de Bolle, especialista del Instituto Peterson sobre Economía Internacional.
Así, esta reacción debe ser vista estrictamente como la respuesta a las tarifas al acero y el aluminio, y no a las amenazas de represalias por hasta $60,000 millones a las importaciones provenientes de China que Trump anunció el 23 de marzo y que debería anunciar esta semana.
Según la Casa Blanca, esas multimillonarias represalias obedecerían al robo de propiedad intelectual estadounidense por parte de Pekín.
Alden, en cambio, apuntó que la respuesta de China es “significativa” porque es el primer país en responder a Washington. “Esto muestra que los chinos van a contragolpear” si hay nuevas medidas estadounidenses, señaló.
UE en suspenso
Por el momento, la Unión Europea dejó en suspenso sus amenazas de represalias a Estados Unidos, al tiempo que Corea del Sur prefirió la vía de negociación directa de un acuerdo con Washington.
Para Alden, “Estados Unidos constituye el mayor mercado del mundo y Trump considera que los otros países deben hacer concesiones para preservar el acceso a ese mercado”. De Bolle señaló que “China no es Corea del Sur” y dispone de alternativas para importar carne de cerdo (como Brasil o Argentina). “China puede causar mucho más daños a Estados Unidos, que al contrario”, afirmó.