Hacienda busca reactivar la economía con esquemas de subsidio.


Según el análisis de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), el gobierno de El Salvador enfrenta vulnerabilidades “a corto y largo plazo” marcadas por las altas necesidades de financiamiento que deben ser atendidas para no caer en una “crisis fiscal”.

La entidad destaca que este riesgo se agrava en la medida que se incrementa el gasto público con la emisión de más deuda que pueden incluso arrastrar a otros rubros que a la fecha se mantienen estables como el financiero.

“Los gastos desmedidos no solo agudizan el problema fiscal, contagian el sistema financiero, debilitando el marco macroeconómico que sostiene la dolarización y la estabilidad de precios que protege el poder de compra de los hogares”, dice la entidad en su análisis “Posición Institucional Número 103”.

Destaca que en el corto plazo –de julio a diciembre de 2021– se estima que el gobierno tendrá una brecha de financiamiento sin cubrir de $1,846.9 millones, destacando que en tres meses –de agosto a octubre– necesitará financiamiento de $400 millones cada mes para poder cumplir con todas las obligaciones.

Fusades advierte que el monto es “principalmente para cubrir deudas internas de corto plazo por $865 millones (en posesión principalmente de bancos en el sistema financiero), y el aumento del déficit fiscal que implica la implementación de la Ley Bitcoin ($225.3 millones), el apoyo a pequeñas empresas para sostener el aumento de 20 % del salario mínimo, aumentos en el subsidio del gas licuado y reparto de canastas alimenticias”.

El análisis destaca que en los primeros seis meses del año se han observado mejoras en varios indicadores económicos (exportaciones, remesas, volumen de la actividad económica, entre otros), pero reiteró que esto es en parte un efecto estadístico de rebote, posterior a la dura cuarentena a la que fue sometido el país, y a la política macroeconómica expansionista del gobierno de Estados Unidos.

“Ambos efectos son temporales, y a partir del segundo semestre de 2021 se observará un regreso de los indicadores a sus tendencias de largo plazo, que no serán alentadoras”, dice el análisis.
El principal problema que enfrenta El Salvador es una inminente crisis fiscal (...) se agrava en la medida sube el gasto público con más deuda”. Análisis de Fusades

Rechazo.


El ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, dijo en la Asamblea Legislativa que la cartera que dirige busca impulsar la economía a través del gasto y criticó a otras organizaciones como el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) que también han encendido alarmas sobre el rumbo de indicadores como la deuda.

“Yo escucho al Icefi y a Fusades, a otros actores de la oposición, pidiendo que mi déficit primario, que mi déficit fiscal , que mi deuda del sector público tenga esta trayectoria... ¡hombre!, ellos quieren que salga a guardar el dinero en plena crisis económica por covid… lo que voy a tener es un shock en la economía que me va a quebrar a todos los privados si cuando los privados no pueden sacar su plata o están en crisis quien sale a dar rescate es el Estado y eso funciona aquí, en China, EE.UU., Europa, así en todos lados”, dijo en su participación en la Comisión de Hacienda y Especial del Presupuesto de la Asamblea Legislativa.

Según el funcionario, el Estado es el único garante de que los privados y los ciudadanos ante una necesidad de rescate cuando las condiciones del mercado no permiten tener un buen desempeño.

Fusades, por su parte, ve clave un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) antes de que se elabore el presupuesto de 2022.

 

El dato


Fusades teme que una reforma al sistema de pensiones conlleve el uso de una parte de los $12,870 millones de los ahorros de los cotizantes para obtener liquidez y liquidar deuda.

 

Tres escenarios para la deuda salvadoreña



  1. Corto plazo


Fusades dice que en el corto plazo –de julio a diciembre de 2021– se estima que el gobierno central tendrá una brecha de financiamiento sin cubrir de $1,846.9 millones.

 

  1. Mediano plazo


Las necesidades de financiamiento más grandes surgen a partir de 2023 ($ 4,681.2 millones) aunque en 2022 la brecha de financiamiento es bastante alta ($3,916.4 millones)

 

  1. Largo plazo


Si la tendencia sigue en deterioro en algún momento país corre el riesgo de caer en impago de deuda, una crisis que podría acabar con la dolarización y a empujar la pobreza.