Los diputados de Nuevas Ideas se comprometieron a aprobar el presupuesto en noviembre de 2021.


La Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) estima que el anteproyecto del presupuesto para 2022 presenta fallas en sobrestimación de ingresos y omisión de gastos por hasta $1,355.3 millones.

El presupuesto de un Estado es la ruta de trabajo del Gobierno central que incluye todos los gastos de la administración pública y sus respectivas fuentes de financiamiento, que son principalmente por ingresos tributarios y deuda.

En el caso de El Salvador, el Ministerio de Hacienda presentó el anteproyecto del presupuesto para 2022 a finales de septiembre por un monto global de $7,967 millones, que, según proyecciones oficiales, se financiará en un 78 % por ingresos tributarios mientras que el resto se cubrirá con deuda o donaciones.

En un análisis sobre el anteproyecto, publicado ayer por Fusades, se destaca que la sobrestimación de ingresos asciende a $457.4 millones mientras la subestimación u omisión de gastos es de $897.4 millones, en total $1,355.3 millones que representan un 4.7 % del Producto Interno Bruto (PIB).

Fusades estima que hay una sobrestimación de ingresos por $299.8 millones, en subsidios de $38 millones, en devoluciones de impuestos de $62.3 millones y en pago de intereses de la deuda de corto plazo de $57.3 millones.

Por el lado de las omisiones, la institución señala que no se incluyó el pago de Certificados del Tesoro (Cetes) por $821 millones, así como se omitieron los intereses de deuda a las municipalidades en $50 millones y se asignó un menor monto al Órgano Judicial por $26.9 millones.


Mayor necesidad de financiamiento.


Según Hacienda, la brecha de financiamiento para el presupuesto de 2022 será de $498.4 millones en títulos valores; sin embargo, asciende a $1,209.1 millones pues se espera cubrir unos $710.7 millones con préstamos externos.

Fusades recordó que Hacienda deberá solicitar una nueva emisión de eurobonos por $800 millones que necesitará para honrar un vencimiento en enero de 2023, por lo que las necesidades de financiamiento en el mercado internacional ascenderán a $1,298.4 millones “en condiciones más adversas que hace un año por el elevado riesgo país”.

“Para El Salvador, adquirir deuda a través de títulos valores es oneroso y podría llegar a ser prohibitiva por los intereses tan altos que habría pagar, y que elevaría aún más el servicio de la deuda”, señala el informe.

 

Sobrestimación de ingresos.


En el anteproyecto del presupuesto se contempla que el ingreso por recaudación tributaria bruta y contribuciones especiales alcanzará los $6,318.2 millones, un 12.9 % de crecimiento respecto al cierre estimado para 2021.







El buen desempeño de la recaudación tributaria en 2021 está ligado al fuerte rebote de la actividad económica, además del aumento exportaciones y las remesas.

Este dinamismo supera la proyección oficial del crecimiento del PIB nominal de 4.7 % para 2022. Fusades agrega que, incluso si la recaudación tributaria crecerá el doble del PIB, se generaría una sobrestimación de ingresos por $122.8 millones.

Por otro lado, Hacienda estima una reducción del gasto corriente de $493.6 millones (un 8.5 % menor) a pesar que sigue vigente el estado de emergencia por la pandemia del covid-19. Además, hay una contracción de $168.3 millones de “otros gastos de capital” por menores transferencias a las municipalidades.

 

3 clave sobre las finanzas



  1. Deuda local: cuando el Gobierno tiene problemas de liquidez, recure a la emisión de Letes y Cetes. Este último son créditos puentes asociados a préstamos autorizados.

  2. Déficit fiscal: el déficit fiscal del sector público no financiero (SPNF) para 2022 será de 4.2 % del PIB, pero, como la brecha de financiamiento es mayor, llegaría a 4.5 %.

  3. Omisión: el anteproyecto del presupuesto de 2022 no incluye en la amortización de deuda pública el pago de Cetes que vencen en 2022, señala Fusades.