Es un documento “propositivo”, destacó Álvaro Trigueros, director del Departamento de Estudios Económicos (DEE) de Fusades, porque el coronavirus se mantendrá como una amenaza por meses mientras que el país debe prepararse para un retorno gradual a la normalidad.
En este análisis, Fusades destaca que la cuarentena a nivel nacional fue la “principal apuesta” para promover el aislamiento social y contener los contagios, pero a cuatro meses de su implementación, desde la segunda quincena de marzo, el país se encuentra en una “expansión veloz de los contagios”.
Pedro Agrumado, economista de Fusades, aseguró que la población ha acatado “de manera ejemplar” el distanciamiento social comparado con el resto de América Latina. Según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los salvadoreños disminuyeron su densidad de tráfico -79 % durante la semana del 22 al 26 de junio frente a cómo se comportó el movimiento vehicular del 2 al 8 de marzo.
El Salvador se colocó como el tercer país de América Latina con menor movilidad, solo superado por Honduras con -81 % y Ecuador con una reducción de -79 %. Esto significa que “hay una falla” de la cuarentena y los brotes explosivos no se identifican ni se contienen”, destacó Agumedo.
“¿Si tenemos menor movilidad por qué tenemos crecientes contagios? El modelo que hemos seguido no está funcionado y debemos de identificar a los que efectivamente están contagiados y trazar sus contactos, y aislarlos, allí estamos fallando en esa efectividad”, sumó.
Las siete propuesta de Fusades se concentran en identificar de manera exhaustiva los contagios, aislarlos y trazar sus contactos para “así permitir que la mayoría realice sus actividades económicas sociales”.
Una de las principales propuestas de la institución es crear un sistema de métricas para la reapertura económica por fases, acompañado de un “semáforo” de alertas. Propone que las etapas de reactivación avancen cuando se mantengan tasas bajas de contagios, la ocupación de las unidades de cuidados intensivos (UCI) sea menor al 80 % de la capacidad y se aumente el número de pruebas al 2 % diario de la población.