Más de un millón de hogares se han construido con hierros y techos fabricados en las plantas de Galvanissa, del Grupo Ferromax, la compañía salvadoreña que aspira a consolidar su operación en la región centroamericana e iniciar exportaciones a Sudamérica.
Galvanissa es la empresa con más exportaciones en el rubro de metalmecánica desde 2015, año en que comenzó a figurar en el Ranking de Exportadores que elabora la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI). La gremial también le otorgará esta semana el Premio ASI, un galardón creado en 1959 para reconocer a las compañías que aportan al desarrollo y reactivación de la economía.
Galvanissa se especializa en la fabricación de techos y entrepisos, hierro, metalmecánica y estructuras, un portafolio de productos que elabora en un centro de producción con más de 31,000 metros cuadrados y una capacidad para 300,000 toneladas al año, además de tener megacentros en diferentes regiones.
Después de atender el mercado salvadoreño, tiene exportaciones a Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica. Sin embargo, Francisco Suriano, fundador y presidente de Galvanissa, aseguró que la empresa no descarta buscar nuevos nichos en la región sur del continente.
“Estamos haciendo consideraciones para salir de la región, esperamos dar algunas sorpresas. Es Suramérica”, manifestó.
El ejecutivo adelantó que primero buscará consolidar su presencia en la región, además de completar la gama de productos Hierromáx, vigas de acero, tubos estructurales de grandes dimensiones y placas de acero.
Adelantó que a nivel nacional tiene un presupuesto de $10 millones para inversiones en sus plantas de operación.
Veo consolidando nuestro liderazgo en Centroamérica y definitivamente expandiendo nuestra operación más allá de la región”.
Francisco Suriano
Presidente de Galvanissa
Una marca que ha superado tres crisis.
En plena guerra civil, en 1985, se constituyó la sociedad de Galvanissa e inició operaciones en 1986 en una planta que ahora es un megaservicio, ubicada sobre el boulevard de los Próceres, San Salvador.
La primera planta tenía dos líneas de producción de varilla de alta resistencia y polines con un grupo de 50 colaboradores. “Eran momentos de la guerra, momentos difíciles, sin embargo, siempre hemos sido optimistas y pensábamos que era importante hacer cosas diferentes que pudieran resolver el problema habitacional”, indicó Suriano.
En 1995, instaló una segunda planta en el bulevar del Ejército especializada en la elaboración de tubería industrial y comenzó la línea de ZincAlúm -lámina aluminizada de alta resistencia-; en 2003 se inauguró una tercera en Lourdes.
“El terremoto de 2001 nos dio la oportunidad de identificar que nuestra extensión era súper aceptada”, indicó el ejecutivo al recordar que venían salvadoreños de Morazán a comprar materiales a las plantas de San Salvador. Eso impulsó un plan de expansión “atrevido porque prácticamente es hacer una fábrica en cada punto de venta y así empezamos”, hasta que 2003 iniciaron exportaciones en Honduras.
La empresa también se enfrentó a la crisis financiera de 2009 y en 2020 a la pandemia del covid-19, esta última que ha supuesto un incremento en el costo de las materias primas para diferentes rubros, incluyendo la metalmecánica.
El presidente de Galvanissa confirmó inconvenientes en el abastecimiento de materias primas debido al incremento en el precio y escasez a nivel internacional debido a la pandemia. |
3 claves de la empresa
- Participación: Galvanissa tiene una participación del 20 % del mercado salvadoreño. Elabora productos “hecho a la medida” para los consumidores.
- Energía limpia: la empresa tiene una planta de tres MW para generar energía limpia, además instalarán 7,000 paneles solares en su planta en El Sitio.
- Megaservicios: espera cerrar el año con 200 megaservicios en la región, de esos 50 en El Salvador. Planifica invertir $10 millones en 2021.