El período de sequía que se reportó en El Salvador durante 2015 dejó al sector de ganadería una pérdida valorada en $10 millones. A dos años de este fenómeno, los productores de dicho rubro aún no han logrado recuperarse y llegar a un equilibrio en sus fincas, aseguró Mario Miguel Espinal, presidente de la Asociación Ganadera de El Salvador (AGES).

Espinal indicó que la sequía meteorológica, principalmente en el corredor seco de la zona oriental, dejó una pérdida cercana al 40 % del hato (ganado). Ello equivale a $10 millones, y se debió a que los productores se vieron obligados a vender parte de su ganado para comprar alimentos para el resto de bovinos o porque ya no podían mantener la finca.

“Para llegar a un punto de equilibrio en una finca pasan 20 años. Al vender, retrocede la genética, la producción y volvemos atrás. No hemos podido llegar a ese punto”, dijo Espinal.

Ejemplificó que cada vaca productora de leche tiene un valor promedio de $1,500 a $2,000. Si un productor tenía 80 bovinos en 2015, para el período de la sequía tuvo que vender entre 15 a 20 vacunos, y hasta la fecha no ha logrado recuperar esa media de ganado.

 

Crecimiento lento

Espinal dijo que “el sector ha venido creciendo lentamente”, y para superarlo “necesitamos políticas que ayuden a un engranaje de todo el sector, ya sea el sector financiero, el sector de forraje o genética. Todo debe engranar para que el sector agarre fuerza”, añadió.

Actualmente, el sector ganadero se debe enfrentar a los inconvenientes ocasionados por las variaciones climáticas, el estrés hídrico en las zonas donde pasta el ganado y la situación de inseguridad. “La sequía hace que el animal no se alimente como debe de ser. Se agota el alimento que uno prepara para la época seca. Como el período de sequía dura dos o tres meses más, no hay pasto o silo”, dijo el productor.

En el último consolidado del crecimiento económico de 2016, el Banco Central de Reserva (BCR) destacó que el sector de ganadería creció a una tasa del 2 %, y representa el 19.4 % del Producto Interno Bruto (PIB) agropecuario.



Cambio climático continuará

Por su parte, Orestes Ortez, ministro de Agricultura y Ganadería (MAG), aseguró que ya han alertado al sector ganadero que “el cambio climático va a seguir afectando”.

Para contrarrestar el impacto, “nosotros trabajamos en todo el sistema profiláctico, es decir, desparasitamos, vacunas para enfermedades, monitoremos el estado de la tuberculosis y la brucelosis en nuestro hato”, indicó.

Previamente, el funcionario había señalado que, según un análisis del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), “hay un desplazamiento de la estación lluviosa que apunta hacia junio”; sin embargo, tiene altas probabilidades de retrasarse “hasta julio, en los próximos 38 años”, indicó el ministro en marzo pasado.

 

MAG destina $3 mills. para ganadería

 

Del presupuesto al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), unos $3 millones se destinan al trabajo que realiza el ramo para la recuperación de la ganadería, dijo el titular de la institución, Orestes Ortez.

Señaló que están introduciendo nuevas castas de ganado más resistentes al cambio climático. Para ello, disponen de una batería de banco de semen de buena genérica con las cooperativas y asociaciones ganaderas.

Además, indicó que trabajan con AGES para la creación de una política que establezca claramente los términos normativos y el sistema de incentivos al rubro. Por iniciativa de los ganaderos, el MAG apoya la construcción de reservorios y, en algunos casos, cuentan con el apoyo municipal.

AGES, por su parte, espera que este año el cambio climático -sequía- no afecte nuevamente al sector ganadero, y así permita a los productores mantener sus hatos.

 

40 % Pérdidas

Debido a la sequía de 2015, el sector ganadero perdió el 40 % de hato (ganado), valorado en $10 millones.





2 % Crecimiento

Fue el crecimiento del sector de ganadería durante 2016, según estimaciones del Banco Central.



60,000 Productores

Laboran para el sector de ganadería, del cual dependen directamente unas 150,000 familias, según AGES.