El Ministerio de Economía (Minec) y el grupo de desarrollo RTI International preparan un plan piloto para crear el primer ecosistema de innovación en El Salvador, es decir, una red de organizaciones que impulsen emprendimientos tecnológicos.
Research Triangle Park (RTP) o el mundialmente conocido Silicon Valley son ejemplos de ecosistemas de innovación instalados en Estados Unidos, que albergan oficinas y laboratorios de investigación de compañías como IBM, Google, Facebook y farmacéuticos como GlaxoSmithKline.
Con el objetivo de promover el desarrollo de estas redes en El Salvador, RTI, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA) y la compañía Microsoft llevaron a cabo ayer el Foro de Innovación 2018.
La titular del Minec, Luz Estrella Rodríguez, aseguró que el país aumentó su inversión en Innovación más desarrollo (I+D) de 0.03 % del Producto Interno Bruto (PIB) en 2012 a 0.13 % en 2015.
No obstante, en el Índice de Competitividad Global (ICG), del Foro Económico Mundial (FEM), El Salvador se ubica en la posición 130 de 137 países evaluados en innovación, mientras Costa Rica es el primero en la región y destina el 0.58 % de su PIB.
Crear un ecosistema de este tipo en El Salvador no es imposible, afirmó Paul Weisenfeld, vicepresidente de RTI, que administra el parque industrial RTP. Este recinto surgió en 1958, alberga a 170 compañías y genera más de $3,000 millones en un área de unos 28 kilómetros cuadrados.
Weisenfeld indicó que el Gobierno y empresas deben alinearse con las universidades para “asegurar que haya talentos” y destacó la necesidad de “una inversión consistente durante años en investigaciones” de la academia.
Luis M. Stein, fundador de Imagine Lab, aceleradora de emprendimientos en Chile, aseguró que el país es capaz de sumarse a la tendencia global en innovación. Explicó que Israel, en condiciones adversas con sus vecinos, ha logrado invertir hasta $300 millones anuales en este ramo, con devoluciones de hasta $60,000 millones en Inversión Extranjera Directa (IED) por la venta de compañías tecnológicas.