El presidente de la Asociación Cafetalera de El Salvador (Acafesal), Omar Flores Hidalgo, informó que, “según datos presentados hasta la semana pasada, habían unos 885,000 quintales” de café oro uva; no obstante, aún se encuentran a la espera de que el Consejo Salvadoreño del Café (CSC) publique los datos oficiales.
“Todavía se están procesando los datos”, explicó Flores, pero estima que la cosecha aún no sobrepasará el millón de quintales, debido a que el país aún no se recupera del ataque de la roya que diezmó los cafetales del país en 2012, y por los efectos del cambio climático.
Carlos Borgonovo, presidente de la Asociación Salvadoreña de Beneficiadores y Exportadores de Café (Abecafé), estimó que “la cosecha de café estaría rondando unos 900,000 quintales”.
De cumplirse esta previsión, la producción nacional se habría quedado corta ante la meta del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), que proyectaba sobrepasar el millón de quintales en este ejercicio cafetalero.
La más alta en cinco años
Los últimos datos del CSC reportan que, hasta marzo de 2018, la cosecha cafetera dejó un total de 866,000 quintales.
A pesar de no haber sobrepasado el umbral del millón de quintales, esta cosecha dejaría al país la producción de café más alta en los últimos cinco años, desde que el sector sufrió la caída por la roya en el período 2012/2013, cuando el país alcanzó los 1.73 millones de quintales. El período siguiente, la producción cayó a 700,025 quintales.
Desde entonces, el país comenzó una apuesta por la renovación de cafetales con plantas resistentes a la roya y otras enfermedades, lo que ha permitido hasta la fecha reemplazar un 30 % del parque cafetalero.
Según el CSC, el ejercicio 2016/2017 dejó 835,010 quintales de café oro uva, 50,270 más que los 784,740 que reportó en la cosecha 2015-2016.
Según reportes de las gremiales, el período 2017/2018 sobrepasaría por solo unos 65 quintales la producción del ejercicio anterior, cuando se reportaron 835,010 quintales.
Borgonovo indicó que los productores salvadoreños se enfrentan a distintos fenómenos, como suelos cansados y prácticas agrícolas no sostenibles en el tiempo; así como factores externos que desalientan al sector, entre ellos los precios internacionales del café. “Debe haber una combinación de mayor productividad y mayor calidad, que es lo que nos hará sostenibles en el tiempo”, agregó.
Flores aseguró que es necesario comenzar a cultivar variedades de café “híbridos” que sean resistentes a la roya, al cambio climático, pero sin perder la calidad característica del café salvadoreño.