Ricardo Castaneda, analista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), consideró ayer como “falacia” creer que solo el crecimiento económico permitiría ordenar las finanzas públicas y reducir el déficit fiscal.
“Ya esa falacia de que todo se revuelve únicamente con crecimiento económico, la evidencia ha sido contundente en mostrarnos que no es cierto”, manifestó en la entrevista El Salvador Ahora, de Canal 10, y quien consideró que “es necesaria una reforma tributaria” para cambiar el esquema basado en impuestos regresivos, así como un pacto fiscal integral e inclusivo.
“En el caso de El Salvador las desigualdades son muy marcadas, y la política pública fiscal debe corregirlas y por eso es muy importante que los cambios que se hagan en el tema fiscal no se orienten a cuántos recursos voy a percibir o voy a dejar de tener sino, también, en cómo resolver esos problemas estructurales”, añadió.
Castaneda enfatizó que “resolver los problemas que tienen las finanzas públicas en el país sobrepasa la capacidad de un Gobierno” y requiere el consenso de las “diferentes fuerzas políticas”.
Aseguró que si bien el margen de gastos e ingresos se redujo de un 4.5 % en 2013 a un 2.7 % en 2018, esto se logró porque el Gobierno priorizó reducir dos componentes claves para el crecimiento de un país, que es la inversión social y pública.
“Si solo nos quedamos con la lectura déficit fiscal, efectivamente se ha ido reduciendo considerablemente” y “en un período tan pequeño significa que el Estado salvadoreño hizo un ajuste importante”. Agregó que “lo que pasó es que El Salvador cayó en la trampa de austeridad” al disminuir su inversión social y productiva a niveles de 2010.
A finales de 2018, el Icefi señaló que el Gobierno presupuestó para este 2019 más financiamiento al servicio de la deuda que al rubro de salud y educación. Incluso advirtió que tal cual se estructuró el anteproyecto del presupuesto se calculaba que la inversión en niñez y adolescencia de este año sería $42.5 millones menos.
Mientras tanto, los datos preliminares del Ministerio de Hacienda, publicados por el Banco Central de Reserva (BCR), revelan que el déficit fiscal en El Salvador con los compromisos previsionales llegó a $694.44 millones al término de 2018.
El déficit fiscal es la diferencia entre los ingresos y egresos del Sector Público No Financiero (SPNF), donde se incluye al Gobierno Central y las empresas públicas no financieras. Al cierre de 2018, el gasto del SPNF llegó a $6,390.44 millones, pero los ingresos y donaciones sumaron $6,061.99 millones, resultando en una diferencia de $328.45 millones.
Si se suman los $366 millones originados por las pensiones, el déficit fiscal del SPNF llega a $694 millones.