La violencia social y la crisis económica generada por la pandemia del covid-19 ya no son las principales preocupaciones para el sector empresarial salvadoreño, pues ahora considera como obstáculo para invertir la incertidumbre creada entorno a las disputas políticas y electorales, indica una encuesta de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).
Los datos preliminares de la Encuesta Dinámica Empresarial (EDE) elaborada Fusades en el cuarto trimestre del año pasado evidencian que la percepción del clima de inversión en el país aún se encuentra minada tras un 2020 marcado por la pandemia del covid-19, que ocasionó la crisis económica más profunda de los últimos 40 años.
El tanque de pensamiento realiza esta encuesta cada tres meses a empresarios de la grande, mediana y pequeña empresa de diferentes cadenas productivas para conocer cómo observan el clima de inversión y los factores que podrían impedir el desarrollo de negocios en El Salvador.
Los resultados de la encuesta del segundo trimestre de 2020 revelaron que la crisis económica por el covid-19 generó un impacto en las oportunidades para invertir en El Salvador. La información de Fusades indica que para ese período apenas el 1.07 % de los empresarios consideraba que había un clima de negocios favorable, mientras que el 72.87 % lo percibió desfavorable.
En la encuesta realizada en el cuarto trimestre de 2020 se redujo el porcentaje de empresarios que consideraba un clima desfavorable en El Salvador, y se situó en 48.1 %, mientras que un 5.3 % señaló que había un entorno favorable.
Pese a la mejora en los últimos tres meses del año pasado, el indicador se mantiene por debajo de los resultados logrados en los dos últimos trimestres de 2019 cuando se observaron picos no vistos en los últimos 10 años.
“El gran reto que tiene el país es que se tomen decisiones estratégicas para construir y ejecutar una agenda de país que permita recuperar la competitividad que se ha perdido a lo largo de los años, y que dicha agenda sea producto del diálogo público-privado”, señala Fusades en su informe de coyuntura legal e institucional de 2020.
¿Qué afecta al clima de inversión?
En los primeros tres trimestres de 2020, para los empresarios la preocupación era la crisis económica generada por el covid-19, esto incluso desplazó a la violencia que por años dominó la encuesta como el principal factor para considerar un clima de inversión desfavorable.
En ese período, el 60 % consideraba que la pandemia afectaba el clima de inversión, pero ese porcentaje se redujo al 25.3 % en los últimos tres meses de 2020 debido a que tomó mayor importancia la incertidumbre generada por las tensiones políticas y el clima electoral. Este indicador se ubicó en 26.6 %.
Los salvadoreños elegirán el próximo 28 de febrero a los diputados que conformarán la próxima Asamblea Legislativa y al Parlamento Centroamericano, además de concejos municipales. En este proceso el partido de Nuevas Ideas quiere ganar la mayor cantidad de sillas posibles, mientras que la oposición asegura que el Gobierno pretende dominar el poder Legislativo.
En tanto, según los datos de la encuesta, el 11 % de los empresarios consideró la baja actividad económica como un factor que impacta el clima de inversión, contra un 5.1 % que considera las políticas económicas erradas.
La pandemia del covid-19 ocasionó que la economía salvadoreña se desplome a su nivel más bajo desde la guerra civil. Se prevé una contracción del -9 % del PIB. |
La institución recalca que la delincuencia e inseguridad no se consideraron dentro de los principales obstáculos para invertir en El Salvador.
Tres datos que debe conocer
- Antes del covid-19 el principal obstáculo para destinar inversiones en El Salvador, según los empresarios, era la delincuencia y la inseguridad ciudadana.
- En confinamiento en los primeros tres trimestres de 2020, la preocupación de los empresarios eran la pandemia del covid-19 y las perspectivas económicas.
- Después del confinamiento: En los últimos tres meses del año pasado, los empresarios consideraron que la incertidumbre política mina el clima de inversión.