La industria del plástico fue de las primeras en alertar en 2021 sobre los efectos de la crisis logística en los procesos productivos y de un mayor costo de las materias primas. Al cierre del año, el sector se muestra expectante sobre qué camino tomará el mercado en 2022. Las previsiones no son buenas.
Ricardo Morán, presidente de la Asociación Salvadoreña de la Industria del Plástico (Asiplastic), explicó a Diario El Mundo que de momento el sector anticipa nuevos incrementos en los precios de las resinas, la materia prima con la que fabrican empaques y utensilios de uso cotidiano, mientras que la crisis de contenedores todavía no termina.
“Hoy en día podemos decir que la industria ha superado algunas cosas. Hubo resiliencia. La industria hábilmente se reconvirtió al cambiar algunos productos, pero realmente seguimos igual que al principio y con el agravante de que a estas alturas ya se comienzan a recibir cartas de los proveedores de materias primas donde anuncian que desde el 1 de enero de 2022 vuelven a incrementar sus precios”, dijo.
Morán explicó que los aumentos previstos son de entre cuatro y siete centavos de dólar por libra de resinas, situación que aún mantiene alerta al sector, ya que de seguir la tendencia se borrarán las bajas registradas en noviembre.
Las empresas de la industria del plástico resistieron el turbulento 2021, pero según los registros de Asiplastic no hubo cierres de firmas ni recortes en planillas, pese a las dificultades que representó absorber parte de los aumentos.
En algunos casos se logró trasladar parte de esos incrementos, en otros no hay empresas que han perdido en la operación. A simple vista fue muy difícil trasladar el 100 % a los clientes”.
Ricardo Morán
Presidente de Asiplastic
Panorama.
Agregó que el mes más complicado fue agosto, cuando el precio de las resinas duplicó los valores que tenían en 2020. Esto, junto a los cada vez mayores tiempos de despacho, sí se tradujeron en retrasos en los tiempos de entrega.
“Los precios se duplicaron de la noche a la mañana, esto no permitió a las empresas cumplir sus compromisos”, recalcó el empresario que también destacó que el rol de la industria es clave ya que está encadenada con otros sectores como alimentos, bebidas, textiles, confecciones, laboratorios, industria química, muebles y bebidas alcohólicas, entre otras.
Mariano Pitta, CEO de Industrias Plásticas S. A. Latinoamérica (IPSA Latinoamérica), también destacó que el 2021 fue un gran reto para el sector. “Si alguien hubiera dicho los precios a los que llegaron las materias primas nadie lo hubiera creído”, dijo.
A inicios del año, la crisis logística y el encarecimiento de las materias primas se sumaron a los problemas en las plantas de producción de resinas. El Salvador compra de Estados Unidos. |
Sin embargo, uno de los grandes dolores de cabeza para las empresas es la lentitud en la llegada de los suministros. “Antes teníamos resinas de EE. UU. en 15 días, ahora se tardan seis semanas, con las resinas de medio oriente lo que se tardaba de tres a cuatro semanas ahora se tarda de dos a tres meses”, dijo Pitta que cree que el reto es seguir sirviendo a sus clientes y no dejarlos desabastecidos.
Esto implicó hacer pedidos vía aérea y otras medidas para no afectar la cadena de suministros en rubros como los alimentos.
Morán dijo que las finanzas de las empresas también se han visto alteradas debido a que los proveedores, pese a los retrasos, hacen efectivos los cobros aún cuando el producto llega tarde.
Pese a los inconvenientes, algunas empresas han realizado inversiones en busca de mayores eficiencias o el desarrollo de nuevos productos.
Una cadena de trabas en la red logística
- Recuperación: las grandes químicas que abastecen el mercado operan casi con normalidad, pero enfrentan cuellos de botella por los paros a inicios del año.
- Acuerdos: algunas empresas han convertido el problema en oportunidad y han sustituido importaciones con compras a productores basados en el país.
- Maniobras: las empresas ahora invierten más en asegurar el suministro con compras más anticipadas y en volumenes mayores para no enfrentar paros.