Los flujos migratorios hacia EE.UU. podrían elevarse por un agravamiento de las condiciones económicas y sociales impactadas por la pandemia del covid-19.
Alejandro Flores, consultor senior del Departamento de Estudios Económicos de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), explicó que “en El Salvador, históricamente, más del del 70 % de la Población Económicamente Activa no posee empleo formal y probablemente puede ser que este porcentaje incremente más” por el impacto de la pandemia.
El investigador sostuvo que se trata de un grupo de la población que no tiene acceso a pensiones, seguridad social, con ahorros nulos o limitados, y propensos a sufrir de inseguridad alimentaria, condiciones que pueden agravar las migraciones en un contexto de afectación global por la pandemia.
La situación, sin embargo, no solo es un problema para quienes deciden partir, sino que se convierte en un drama para los retornados que vuelven a un país en crisis y con condiciones más agudas que cuando partieron.
Cynthia Loria, gerente programática de la Fundación Avina, explicó que a mediados de marzo, Guatemala y El Salvador cerraron fronteras para evitar el contagio y se negaron a recibir los vuelos de deportados, pero esta medida solo duró tres días.
“A la fecha, desde el momento que empezó la cuarentena oficial en El Salvador -del 11 de marzo al 30 de abril- fueron deportados alrededor de 1,100 personas en situación de retorno forzada”, dijo Loria.
La especialista agregó que los retornados enfrentan otro drama, ya que algunos regresaron contagiados de covid-19, mientras que otros sufren de ataques de xenofobia y discriminación.
Eunice Olan, coordinadora regional del Committee for Refugees and Immigrants (USCRI), añadió que según el Observatorio de la Organización Internacional de las Migraciones, entre enero y mayo el país recibió 7,072 deportados, de los que el 74 % proceden de Estados Unidos.
Añadió que las deportaciones no se han detenido muy a pesar de la pandemia. México, dijo, tuvo a bien detener las deportaciones, no así EE.UU. que ejecuta deportaciones exprés que despoja a los migrantes de acceso a una asesoría legal y de la posibilidad de contar con una solicitud de refugio o asilo.
De acuerdo con Olan, la gravedad de la situación obliga a replantear la asistencia para los retornados como para quienes buscan migrar, este último es un grupo que, en un 70 %, opta por dejar el país por factores económicos.
Los especialistas participaron ayer del conversatorio “Efectos del covid-19 en el sector económico: incidencia en los niveles de desempleo y las implicaciones socioeconómicas para las poblaciones migrantes retornadas”, organizado por la Fundación Empresarial para la Acción Social (Fundemas).