La estadounidense Boeing registró una pérdida neta de $11,900 millones en 2020, afectado por los contratiempos del 737 MAX, los retrasos en el avión 777X y los efectos de la pandemia en el tráfico aéreo y las aerolíneas.
El constructor aeroespacial tuvo una pérdida neta de $8,420 millones en el cuarto trimestre, marcado por los $6,500 millones perdidos por el aplazamiento hasta finales de 2023 de las primeras entregas del avión 777X.
Es al menos la tercera vez que la compañía retrasa las primeras entregas de este modelo. En octubre, el director ejecutivo del grupo, Dave Calhoun, afirmó que los clientes tendrían el 777X a partir de 2022.
El nuevo aplazamiento está vinculado a "varios factores, entre ellos una nueva evaluación de las exigencias de certificación a nivel mundial, una nueva estimación de los impactos del covid-19 en la demanda de las compañías y conversaciones con clientes sobre el calendario de entrega de los aviones", detalló Boeing.
A las pérdidas relacionadas con el 777X se sumó en el cuarto trimestre una provisión de $468 millones para el 737 MAX, que vuelve a volar tras 20 meses de suspensión en el mundo a raíz de dos accidentes protagonizados por ese modelo en los que murieron 346 personas.
El grupo también perdió $275 millones por problemas de producción del avión cisterna KC-46A, 290 millones vinculados a la oferta de servicios de Boeing y $744 millones para resolver acciones legales relacionadas con el 737 MAX, que ya se habían anunciado tras un acuerdo con el Departamento de Justicia.
El volumen de negocios del grupo cayó en un 24 % en 2020, situándose en $58.200 millones. Entre octubre y diciembre, se contrajo en un 15 % hasta los $15,300 millones.