La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) podría reducir sus compras de bonos. Pero el titular de la banco central estadounidense, Jerome Powell, no planteó un cronograma preciso.

Powell enfatizó en cambio que no hay prisa por subir la tasa de interés de referencia desde sus niveles actuales de 0-0.25 %, y sostuvo que el organismo no reaccionará a presiones inflacionarias que considera temporales.

En su muy esperado discurso en el simposio anual de banqueros centrales de Jackson Hole, Wyoming, Powell dijo que a pesar del impacto de la variante delta del coronavirus, la economía estadounidense ha seguido recuperándose y mostrando un fuerte crecimiento del empleo.

Con la campaña de vacunación, muchos comercios lograron reabrir y la tasa de desempleo bajó a 5.4 % el mes pasado, más cerca de su nivel de 3.5 % antes de la pandemia.

Para Powell, aún le queda camino por recorrer a la economía en este apartado, y la variante delta del coronavirus añade incertidumbre.

Reducir las compras de bonos mantendría todavía una gran cantidad de estímulo a la economía, explicó.

Según Powell, "aunque la variante delta representa riesgos de corto plazo, las perspectivas son de un progreso continuo hacia el máximo empleo", uno de los objetivos de la Fed al igual que una inflación en el entorno de 2 % por un período prolongado.

La recesión por la pandemia fue "la más corta" y tal vez "la más profunda de la que haya registro", remarcó.

Pero con millones de puestos de trabajo recuperados, la Fed podría reducir sus compras de activos desde su actual nivel de $120,000 millones al mes.

Cuando la pandemia golpeó de lleno a la mayor economía mundial, la Fed redujo al mínimo sus tasas de referencia para promover el crédito y el consumo, y comenzó a comprar masivamente bonos del Tesoro y títulos hipotecarios con respaldo federal para inyectar liquidez en el sistema financiero.

Temores de inflación reducidos


Powell volvió a minimizar los temores de una inflación creciente, al señalar que los cuellos de botella que aparecen en las cadenas de aprovisionamiento y presionan el índice deberían resolverse, y que los aumentos de salarios no parecen transferirse a los precios.

La inflación, que fue del 4.2 % anual a julio, aunque alta, probablemente disminuya a medida que se reducen las presiones temporales, como los altos precios de los automóviles usados, señaló.

Powell advirtió que actuar para responder a las presiones inflacionarias temporales "puede hacer más daño que bien".

"Una política inoportuna enlentece innecesariamente la contratación y otras actividades económicas y empuja la inflación por debajo de lo deseado", explicó, al tiempo que advirtió que, ante la necesidad de más avances en el empleo "ese error podría ser particularmente dañino".