Honduras inicia una etapa crucial para su reconstrucción tras el embate de dos huracanes que provocaron severos daños en el corazón industrial del país.
Fuentes citadas por el periódico La Prensa, estiman que Eta e Iota, que azotaron a la nación centroamericana con apenas una semana de diferencia, provocarán pérdidas por más de $10,000 millones.
La cifra es más del doble de lo estimado de daños que provocó el paso de Mitch en 1998 y muestra la vulnerabilidad del país ante eventos catastróficos como los ciclones tropicales,.
De acuerdo con estimaciones del Foro Social para la Deuda Externa de Honduras (Fosdeh) los daños harán que los principales indicadores sociales y económicos del país caigan a niveles de 1998, es decir hace 22 años.
Se estima que los ciclones que impactaron la costa Caribe de Centroamérica entre el 4 y 16 de noviembre han afectado a 3.5 millones de personas, inundaron a miles de hectáreas de cultivos, provocaron daños severos a la infraestructura vial y logística y dejaron a miles de viviendas destruidas.
"Las regiones más golpeadas por las crecidas de los ríos Ulúa y Chamelecón han sido el valle de Sula y los departamentos del noroccidente del país que concentran gran parte de la producción agrícola, ganadera e industrial y son el nervio y motor de la economía hondureña", destaca la versión digital de La Prensa.
Alejandro Kafatti, economista del Fosdeh, detalló que la pandemia y los huracanes Eta y Iota provocarán la pérdida de unos 860,000 empleos, 240,000 más a la proyección que se tenía solo con la emergencia sanitaria del covid-19, y en consecuencia alrededor de 6.9 millones de hondureños caerán en la pobreza extrema.
Kafatti dijo que el Fosdeh ha propuesto la creación de un grupo consultivo que sea responsable de formular un plan de reconstrucción para darle viabilidad financiera al mismo.
Juan Carlos Sikaffy, presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), contextualizó que por los daños a la infraestructura vial, social y la producción agrícola, industrial, comercial y de los servicios, los efectos de Eta y Iota hacen suponer una peor caída a la actividad económica, a niveles nunca vistos y que podrían ser de un -10 % y -11% del PIB.
“Hay varios productos de exportación, como palma, banano, caña, vegetales, granos básicos que se han perdido, y ahora se habla de efectos hasta en el café. Estos daños podrían provocar una fuerte caída en nuestras exportaciones y amenazan la seguridad alimentaria, que por ahora se ve resguardada por una buena reserva producto de las cosechas que ya se habían levantado del primer ciclo”, destacó.
Expuso que hasta el lunes pasado, ya con Eta, se habían contado daños en más de 50 puentes, 120 tramos carreteros, centros escolares, centros de salud, líneas de transmisión y distribución eléctrica, más de 600,000 abonados sin servicio, líneas de telecomunicaciones y más de 250,000 hectáreas de producción agrícola perdidas.