Las primeras investigaciones del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) han identificado cuatro puntos de contaminación de la enfermedad del Huanglongbing, conocida como dragón amarillo o HLB.

El Salvador era el único país de Centroamérica en no reportar esta enfermedad, identificada por primera vez en China en 1919. Tras la declaración de emergencia fitosanitaria, hace una semana, el Ministerio de Agricultura inició una serie de diagnósticos para determinar la magnitud de la plaga y, aunque se desconocen los resultados, la institución ya identificó cuatro focos de contaminación, aseguró Medardo Lizano, director general de Sanidad Vegetal del MAG.

Los puntos identificados se ubican entre la frontera de El Salvador y Guatemala en Santa Ana y Ahuachapán, además de pequeños brotes en San Juan Opico, La Libertad, y en San Pedro Nonualco, La Paz.

El HLB se transmite por el insecto vector Diaphorina citri kuw o cuando se realizan injertos de una planta contaminada. Lizano indicó que el principal medio de dispersión de la enfermedad en El Salvador se dio por movilización de plantines enfermos, por ello, en el marco del plan de emergencia, se mantiene prohibido el ingreso y transporte interno de plantas cítricas.

El plan de emergencia se ejecuta con el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que consiste en gestionar recursos para controlar la enfermedad, eliminar plantas enfermas, controlar el vector y renovar fincas.

 

¿A qué nos enfrentamos?

Los datos oficiales indican que el área cultivada de cítricos ronda las 14,000 hectáreas cultivadas, esto representa una cosecha anual de 90 toneladas métricas de fruta y genera ingresos de $15 millones. Controlar el Huanglongbing resulta elemental porque puede destruir las plantaciones completas, que en el país tienen hasta 40 años de antigüedad.

El OIRSA tiene en El Salvador dos invernaderos, uno multiplicador de yemas y un bloque de fundación, material que proviene de la Universidad de California, donde la enfermedad llegó en 2005. Causó tantos estragos que, los productores de este estado producían el 85 % para todos Estados Unidos y ahora no llega ni al 25 %, indicó Xavier Euceda, coordinador regional de cítricos del OIRSA.

También hay dos viveristas privados que lograron desarrollar sus plantaciones en Zapotitán, La Libertad. “Identificaron un nicho de negocio, prácticamente solo ellos pueden proveer planta sanas” en el país, sumó.