El 22 de mayo el país cumplirá dos meses de cuarentena. La construcción es uno de los rubros más impactados por la parálisis casi total de las actividades, una situación que pone en riesgo la sostenibilidad de empresas y proyectos.
Giuseppe Angelucci, presidente de la Cámara de la Industria de la Construcción (Casalco), explicó a Diario El Mundo que el sector se enfrenta con muchas dificultades por el freno de las economía y sostiene que al no poder trabajar y generar ingresos “se vuelve muy difícil el sostener a las empresas haciendo frente a todos sus compromisos”.
De acuerdo con sondeos de la gremial, la situación del sector se ha agudizado y pasó de un 82 % de empresas con actividades detenidas en abril a un 95 % en mayo.
Los porcentajes restantes, en ambos meses, corresponden a empresas con disminución de actividades. “Estimamos que entre un 5 % y 6 % podría estar realizando alguna actividad relacionada con atención a obras vulnerables y actividades autorizadas”, dijo Angelucci.
La inactividad está socavando la capacidad financiera de las empresas y les pone en riesgo de cerrar operaciones. De acuerdo con el líder gremial, la última encuesta revela que solamente un 17 % reporta que puede sostenerse haciendo frente a todos sus compromisos después de un mes y medio sin actividades, mientras que solo el 7 % podría hacerlo por dos meses o más. El presidente de Casalco enfatiza que la situación es crítica.
Pese a la creciente presión, no tiene reportes de empresas cerradas
El sector confirma casos de paralización casi absoluta de actividades algo que impacta en los empleos. “Más que pérdida de empleos lo que existe, al momento, es suspensión de contratos”, dijo.
La gremial estima que debido a la parálisis en este momento hay una suspensión de contratos para 190,000 empleados.
Dadas las restricciones, apenas unas 40 empresas están autorizadas para realizar obras en estado de vulnerabilidad para 58 proyectos. Angelucci explicó que el máximo de trabajadores autorizados por proyecto es 50. “Eso nos da un total de aproximadamente 1,000 trabajadores activos, más otros en obras directas del Gobierno de El Salvador (hospitales, centros de salud, energía, red vial, agua, etc.) que estimamos serán unos 1,000 adicionales”, detalló.
La construcción fue uno de los sectores de la economía más dinámicos en 2019. De acuerdo con los datos del Centro Nacional de Registros (CNR), el año pasado se reportaban unas 3,000 empresas de diferentes capacidades y tamaños relacionadas con dicha industria.
Menos dinamismo en la inversión pública
Aún cuando la actividad económica se recupere, el sector resentirá la baja por un recorte en los planes de inversión pública.
Angelucci explicó que de acuerdo con los planes de inversión presentados para 2020 la inversión pública en infraestructura sería de $836.5 millones, de los que $173.5 millones corresponden al Fondo de Conservación Vial (Fovial). “Suponiendo que se invirtió la totalidad correspondiente al primer trimestre, quedaría pendiente de invertir, alrededor de $500 millones, los cuales, según la nota del Ministerio de Hacienda, se suspenderían y serían reorientados a la atención de necesidades y prioridades de la emergencia”, puntualizó el empresario.
En 2019, el sector construcción y las actividades inmobiliarias representaron una actividad equivalente al 13.14 % del Producto Interno Bruto (PIB) valor que alcanza los $3,549.86 millones.
Los datos del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) destacan que la industria generó 25,704 empleos directos, a los que se añaden unos 77,100 indirectos. “Si sumamos los de la cadena de producción llegamos a unos 200,000 empleos. Por la representación mencionada del sector, se vuelve claro que su pronta recuperación, impactaría en las demás industrias, y por tal razón, esperamos que el Gobierno oriente sus esfuerzos post COVID-19 hacia nuestro sector”, anticipó el presidente de Casalco.
Angelucci explicó además que ahora la construcción de la hidroeléctrica El Chaparral sigue trabajando por ser catalogado como proyecto prioritario de generación de energía, mientras que los proyectos desarrollados por Fomilenio, que se habían detenido, continúan según autorización de la semana pasada.
Planes de fomento:
La industria de la construcción busca que, junto con los planes de fomento que está impulsando el Ejecutivo, se retomen iniciativas claves que den más oxígeno al rubro como la Ley de Inclusión Habitacional, que sería una solución y atención al creciente déficit habitacional; modificar la forma de otorgamiento de permisos y continuar con los esfuerzos para agilización de trámites; planes poyo financiero para los constructores y los interesados en adquirir vivienda; además del impulso a un plan de inversión en infraestructura general e impulsar el Plan Maestro de Infraestructura que propone el Banco Interamericano para el Desarrollo (BID).
Horizonte del sector
Invierno
Suspensión de labores en obras públicas y privadas, muchas de ellas en condiciones de vulnerabilidad por la llegada del invierno.
Salarios
Continuar con pagos a colaboradores, proveedores, compromisos bancarios, impuestos,entre otras obligaciones, sin generar ingresos.
Inversión
El riesgo de no poder continuar con los planes de inversión en infraestructura pública, lo cual podría dejar sin ejecutar unos $500 millones.
Menos vivienda
La posible reducción en la venta de viviendas, al no poder acceder a créditos y al reducirse los ingresos de las familias salvadoreñas.
Inversores
La reevaluación de los grupos inversionistas en proyectos, por la inminente crisis mundial posterior a la pandemia del nuevo coronavirus.
Medidas
Adaptación a las nuevas medidas de seguridad en los proyectos, que incidirán en la planificación, tiempos de ejecución y costos.
Realidad
Adaptación a cambios en el uso de nuevas tecnologías para mantener el distanciamiento social, para evitar contagio. El sector tendrá que cambiar.