Los retrasos en la aplicación del presupuesto por programa con enfoque de resultado, previsto que se aplique hasta 2019, reflejaría una falta de disposición del Ejecutivo para transitar a un esquema de gestión de los fondos públicos de mayor control, indicó ayer la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).
La institución publicó su posición institucional: “El presupuesto por resultado es una obligación y una forma de empoderar a la ciudadanía”, en la cual destacó que la aplicación y formulación de la nueva metodología “se ha demorado más de lo previsto” y “puede reflejar fallas en la planificación y ejecución, en el recurso humano idóneo o falta de disposición para pasar a un esquema con mayor control en el uso de los fondos públicos”.
Hacienda tenía previsto implementar el presupuesto por resultados en 2015 y para ello comenzó a trabajar en el diseño metodológico desde 2012, indica el Plan de Reforma del Presupuesto Público de El Salvador, publicado ese año. Este modelo garantiza mayor transparencia en el uso de los recursos públicos y permite una medición de los proyectos ejecutados.
Según la programación, el ministerio formularía en 2014 el primer presupuesto con el nuevo esquema para ejecutarlo en 2015. No se obtuvieron resultados y fue hasta junio de este año que la institución anunció que presentaría a la Asamblea Legislativa un paquete de reformas a la Ley Orgánica de Administración Financiera del Estado (SAFI), que le brindarán institucionalidad y sostenibilidad a la nueva metodología.
Sin embargo, en agosto informó que adoptará el nuevo modelo hasta 2019 debido a retrasos en la implementación del sistema informático de administración financiera. “La inversión en capacitación y otros cambios realizados no es un esfuerzo perdido; pero, el que no se haya podido concluir en esta administración, más allá de la mala imagen que genera, complica concretar este proyecto, sobre todo por los cambios que trae consigo un nuevo período presidencial”, indicó Fusades.