Los países desarrollados deberían abrirse a la mano de obra inmigrante para contener la constante reducción de su población activa y una eventual desaceleración económica por el envejecimiento de la población, sugirió el FMI el lunes.
"Aunque recibir inmigrantes pueda plantear problemas y potencialmente suscitar dificultades políticas, podría ser también algo benéfico para los países receptores", apuntó la entidad en uno de los documentos previos a su asamblea de primavera boreal con el Banco Mundial.
Para los peritos del Fondo, aún con políticas en marcha para integrar aún más a sectores marginados en el mercado de trabajo, como mujeres y personas mayores, las economías avanzadas no podrán combatir la contracción económica activa a raíz del envejecimiento de la mano de obra.
Este documento es divulgado en momento en que diversas economías desarrolladas son sacudidas por un fuerte movimiento antiinmigrante.
Esta realidad permitió el triunfo de una alianza de ultraderecha en Italia y una nueva victoria del nacionalismo en Hungría, al tiempo que en Estados Unidos el presidente Donald Trump hace de los inmigrantes el centro de su encendida retórica.
La semana pasada, Trump anunció la movilización de tropas de la Guardia Nacional a la frontera con México para reforzar la vigilancia contra la llegada de inmigrantes.
La Organización de las Naciones Unidas ya alertó que la población de los países desarrollados se reducirá a casi la mitad a mediados del presente siglo.
De acuerdo con el documento del FMI divulgado este lunes, las personas que integran actualmente la población económicamente activa tendrán que sostener "en pocos decenios" casi el doble de las personas de edad avanzada que sostiene actualmente.
"Si no hay más personas que participen en el mercado laboral, el envejecimiento de la población podría frenar el crecimiento de las economías avanzadas, y en muchos casos poner en peligro la sostenibilidad de sus sistemas de seguridad social", apuntó la entidad.
Para los técnicos del FMI, la inmigración "puede contribuir a obtener beneficios de largo plazo, como el crecimiento o la productividad".
Por ello, la entidad formuló un llamado a "repensar las políticas migratorias para dinamizar la mano de obra en las economías avanzadas".
"Políticas migratorias más restrictivas exacerban de manera significativa el efecto negativo que el envejecimiento de la población tiene sobre la participación del mercado de trabajo".