El Salvador fue el país de Centroamérica que menos inversión extranjera captó durante el primer trimestre de 2020, un problema que padeció en la última década. / DEM


La crisis generada por la pandemia desplazó a la delincuencia como una de las principales barreras para hacer negocios en El Salvador y ahora los empresarios están más preocupados por los efectos políticos y económicos que pueda ocasionar el covid-19, revela la Encuesta de Dinámica Empresarial de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).

El tanque de pensamiento mide desde 2005 la percepción sobre el clima de inversión en El Salvador y los factores que afectarían la atracción de capital. En su reciente informe de Coyuntura Legal, publicado esta semana, revela que en el segundo trimestre de 2020 se observó un comportamiento mixto porque hubo menor porcentaje de empresarios que consideraban un ambiente propicio para invertir y también se modificó quienes consideran un entorno negativo.

Al cierre del segundo trimestre de 2020, el 1.07 % de los empresarios encuestados consideraba que hay un entorno favorable. Este porcentaje es inferior frente al 1.79 % que observaba un ambiente propicio para realizar inversiones en El Salvador contemplado en la encuesta del primer trimestre de 2020.

En tanto, la percepción desfavorable pasó de 81.65 % de los primeros tres meses de este año a un 71.74 % en la segunda encuesta.

En la encuesta se les solicita a los empresarios determinar qué causas afectan el clima de inversión en El Salvador. Por años, el tema de la delincuencia e inseguridad predominó como las principales barreras para destinar capital privado a la economía salvadoreña, pero este 2020 las preocupaciones del sector empresarial han cambiado ante la incertidumbre que genera la pandemia.

Entre los principales factores para los empresarios que afectan el clima de inversión en el país está la incertidumbre jurídica y política, la baja actividad económica, y los reducidos niveles de inversión en general. También afectan las políticas económicas “erradas que adopta el Estado” y la crisis internacional.
Los primeros tres elementos representan el 49.3 % de las barreras para mejorar el clima de negocios y han sido los que más han afectado a la población en este semestre en el marco de la pandemia. La delincuencia e inseguridad no se consideraron dentro de los principales obstáculos para hacer negocios durante el semestre”, señaló Fusades en su documento.



El que menos inversión atrae

La trayectoria en la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED) en El Salvador ha sido desfavorable en los últimos 10 años y la pandemia atenuó esa baja dinámica en el primer trimestre de 2020, en el cual el país fue el que menos IED recibió de Centroamérica.

El Banco Central de Reserva (BCR) actualiza cada trimestre el saldo de la IED y en su dato más reciente, publicado en junio, destaca que entre enero y marzo de 2020 al país ingresaron $48.10 millones en IED neta, equivalente a una caída de $208.83 millones al compararse con el mismo período de 2019.

Citando los datos de la Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericano, Fusades destaca que el saldo en El Salvador es el más bajo de la región. Le supera Nicaragua con $123 millones, Guatemala con $249.6 millones y Honduras con $295.5 millones mientras que Costa Rica reportó el ingreso de capitales extranjeros por $628.2 millones.