El precio de los bonos salvadoreños volvió a caer ayer en un mercado cada vez más inquieto por la posibilidad de pago del Gobierno salvadoreño de un vencimiento de $800 millones para enero de 2023.
Los bonos son deuda que inversionistas internacionales han adquirido con el Gobierno salvadoreño, cuyo precio depende tanto de las condiciones del mismo mercado como por factores propios del emisor.
Al término de la jornada de este lunes, las nueve emisiones de bonos que cotiza El Salvador cerraron con bajas entre -0.25 % y -2.91 %.
Las mayores caídas se observaron en las emisiones con vencimientos más largos, como la de 2052 que cerró con una baja de -2.91 % y la de 2050 finalizó la sesión en -2.82 %. Mientras que la de 2023, la más próxima a vencerse, sufrió un descenso de -2.29 %.
De esta forma, los bonos llegan a su peor desempeño como la emisión para 2035 que cerró este lunes en $72.21, el valor más bajo desde noviembre de 2008 cuando la economía mundial se enfrentaba a la crisis financiera internacional.
Capacidad de pago.
El precio de los bonos comenzó a caer el 7 de septiembre, día que entró en vigencia la Ley Bitcoin, una tendencia que aún se mantiene. El inicio de este desplome, sin embargo, fue explicado por los expertos como una advertencia del mercado ante los riesgos que enfrentaría El Salvador para pagar sus compromisos de deuda y el aumento de tensión política luego que la Sala de lo Constitucional avalara la reelección inmediata.
Para los expertos, si El Salvador no logra un programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) se restringirá el acceso a los mercados internacionales para obtener financiamiento. Esta fue también la advertencia de Moody’s Investors Rating cuando degradó la calificación de riesgo soberano en julio pasado, que señaló de un deterioro en las finanzas públicas.
Para el economista Luis Membreño, la nueva baja en la cotización de los bonos salvadoreños se debe a la advertencia de los inversionistas sobre si el Gobierno salvadoreño tendrá capacidad de pagar un vencimiento de bonos para 2023.
El pago de esa deuda debe incluirse en el anteproyecto del presupuesto general de la nación para 2022, que el Ministerio de Hacienda debe entregar a más tardar el jueves 30 de septiembre. Durante el próximo año, el Gobierno tendrá que conseguir esos recursos y tenerlos listos para honrar el compromiso en enero de 2023.
Ya los inversionistas ya aceptaron que no habrá un acuerdo con el Fondo y que hay una posibilidad fuerte de un default (impago) en enero de 2023. Por otro lado, creo que lo que dio a conocer la Fed, como que los bonos emergentes han perdido interés y eso está haciendo que caiga”.
Luis Membreño
Economista
La Reserva Federal (el banco central de Estados Unidos) mantuvo la semana pasada las tasas de interés y anunció que el retiro de estímulos para la compra de bonos se definirá en noviembre próximo. Las bolsas internacionales reaccionaron positivo y los inversionistas muestran más interés hacia los bonos estadounidenses, considerados libres de riesgo.
Tres datos sobre el riesgo país, elevado por el temor de impago.
Riesgo alto: mientras tanto, el EMBI de El Salvador -que mide el riesgo de la deuda de un mercado emergente- cerró el viernes 24 de septiembre en 10.31 %.
¿Qué significa? hay menos certeza de que el país podrá honrar sus obligaciones de deuda. El EMBI se encuentra en niveles observados en el confinamiento.
Alto interés: se le debe sumar la tasa de bonos de EE. UU., considerados libre de riesgo. Lo mínimo que podría ofrecer El Salvador por deuda es 10 % de interés.