“Es una función de escala: mientras más productos hay, más interesados hay, y el mercado (de Europa) podrá estar más abierto a estas pymes”, explicó el experto, quien destacó que, particularmente, El Salvador es el país con menor oferta exportadora hacia la Unión Europea (UE).
Estos volúmenes de exportación, agregó, “son a veces demasiado pequeños como para que sea rentable el transporte a Europa”, por lo que se requiere una mayor inversión, producción, y por ende, mayor acceso a crédito para pymes.
Durante 2015, según un estudio de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA), El Salvador fue el país que menos aportó a las exportaciones totales de la región, que llegaron ese año a los $3,875 millones, con solo un 3.9 %.
Para Plaisier, otro obstáculo para que las pymes salvadoreñas apuesten por este mercado, es “el desconocimiento sobre cómo funciona el mercado, cuáles son los requisitos, cuáles son las tendencias, cómo piensa el importador, y cómo piensa un consumidor europeo”.