Una calificación de riesgo refleja la calidad crediticia de un deudor –en este caso El Salvador- respecto a sus obligaciones financieras. Sirve de parámetro para cuando el país quiere adquirir nueva deuda, y entre más baja se encuentra así se limitan sus oportunidades de acceder a recursos con menor costo.
S&P Global Ratings (antes Standard and Poor’s) comunicó la noche de este martes que mantiene las calificaciones para El Salvador en “B-” y “B”. En la escala de la agencia, asignar una “B” significa que el emisor tiene capacidad para honrar sus compromisos financieros pero presenta continuas incertidumbres que podría afectar el cumplimiento de esas obligaciones.
La agencia también mantuvo su perspectiva estable, es decir, que en no prevé modificar la calificación en los próximos meses. “Esto se debe principalmente a espacios de financiamiento que ha encontrado el Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos, para enfrentar la emergencia del COVID-19”, respondió Nelson Fuentes, ministro de Hacienda.
Por su parte, la calificadora indicó en su comunicado que la perspectiva establece refleja que, a pesar de que El Salvador presenta una carga de deuda alta, se espera que con el fondeo del FMI así como de los acreedores oficiales y los mercados internacionales, se brindará liquidez y se limitará el riesgo de refinanciamiento de la deuda soberana entre los próximos 12 y 18 meses durante la caída de la actividad económica por la crisis.
Persisten riesgos
La agencia de riesgo soberano plantea dos escenarios para El Salvador en el próximo año. En un entorno negativo, advierte que podría bajar las calificaciones en los siguientes 12 meses si el país no logra acceder a los recursos con los acreedores oficiales y en el mercado internacional. “Una baja confianza de los inversionistas o la polarización política” incrementaría los riesgos de financiamiento.
También, sumó la agencia, la calificación podría caer si el impacto del COVID-19 es “más severo” de lo previsto o si la recuperación económica se retrasa. Prevé que el Producto Interno Bruto (PIB, que mide la producción de bienes y servicios en un periodo) caiga -4 % en 2020 y se recupere a 2.4 % entre 2022 y 2023.
En tanto, en un escenario positivo la S&P Global Ratings afirmó que podría subir las calificaciones soberanas si la economía salvadoreña se recupera del impacto por la pandemia y esos resultados se transforman en una disminución en la carga de deuda soberana. “También necesitaríamos ver un historial de compromiso político de parte de los poderes ejecutivo y legislativos para trabajar más productivamente”, sumó.
Búsqueda de los $2,000 millones
Aprobados
El Fondo Monetario Internacional ha desembolsado $389 millones, el Banco Mundial aprobó $20 millones y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) autorizó $15.4 millones.
Negociación
Aún están en proceso de negociación de $500 millones (estructurados en dos préstamos) con el BID y $600 millones con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
Mercado
El resto se podría conseguir en el mercado internacional, pero el riesgo país aumentó tras la aprobación de los $2,000 millones y adquirir bonos tendría un costo más alto.