La entrada del fabricante de pick-ups eléctricas Rivian en Wall Street el miércoles, con una valorización que quedó en $100,000 millones -aunque produjo solo unos cientos de unidades- refleja el apetito por cualquier compañía de vehículos eléctricos.
La empresa generaba gran expectativa incluso antes de entrar en bolsa. El grupo obtuvo con esta operación $11,900 millones, convirtiéndose así en la mayor entrada desde 2014 en Wall Street.
Sus acciones explotaron más de 50 % luego de abrir en el Nasdaq, y la empresa hoy vale más que marcas tradicionales del sector como General Motors ($85,000 millones), Ford ($77,000 millones), que cada año producen millones de autos.
El éxito bursátil de Rivian, aún ampliamente deficitario -y que solo entregará 1,000 vehículos para fin de año-, no era, sin embargo, obvio.
¿Es un rival?
El grupo de Elon Musk, Tesla, que recientemente pasó la barrera del billón de dólares en Wall Street, tardó años para convencer a los inversores: su acción vale hoy casi $1,068, pero valía $6 hace 10 años.
Nikola, Canoo, Lordstown Motors, Fisker: las acciones de todas estas start-ups dedicadas a vehículos eléctricos tuvieron un pico al entrar en bolsa en 2020, antes de caer duramente.
Algunas como Lucid y la china Xpeng parecen mantenerse por el momento.
Desarrollo de un nuevo sector
Muchos inversores, al influjo de clientes preocupados por el medioambiente, buscan colocar su dinero en empresas “verdes”.
El sector es, todavía, minúsculo. Los vehículos eléctricos representan apenas 3 % de las ventas actualmente en Estados Unidos, y debe comprobar todavía su viabilidad. Pero luce atractivo.
“Cuando General Motors dice que en 2035 todos sus autos serán eléctricos, la esperanza de una electrificación rápida del sector es enorme”, destaca Gregori Volokhine, gestor de cartera de Meeschaert Financial Services.
En Estados Unidos las autoridades prevén invertir miles de millones para reforzar la red de estaciones de carga o impulsar a la población a abandonar los vehículos a combustión.
Según Mary Barra, la titular de GM, la valorización astronómica de empresas jóvenes, startups del sector que en algunos casos no han vendido nada, muestra que su grupo, que prevé invertir más de $35,000 millones en motorización eléctrica para 2025, está “completamente subvalorado”.
Aunque los gigantes del rubro iniciaron una transición hacia los motores eléctricos, el cambio no será instantáneo. Con Rivian, “los inversores tienen acceso a un actor puramente eléctrico”, destaca Volokhine.
El grupo además se diferencia de otras startups de futuro más hipotético, afirma Karl Brauer, analista del sitio especializado iseecars.com.
Su fundador, Robert Scaringe, un apasionado de los autos que formó la empresa desde el final de sus estudios, "eligió inteligentemente su entorno", con grandes conocedores del sector automotor, señaló el experto.
Desde el diseño interior a opciones innovadoras, sus productos son convincentes, considera este analista que pudo testear la pick up R1T del grupo. Su elevado precio, de al menos $67,500, no impedirá que encuentre público, al igual que Tesla que supo apuntar a un mercado de alta gama.
Sobre todo, añade Brauer, Rivian logró hacer acuerdos importantes con Amazon y Ford.
Además de poseer alrededor de un quinto de la empresa, Amazon hizo un enorme pedido de 100,000 camionetas de reparto de aquí a 2030.
Ford, por su lado, posee 12 % de las acciones de Rivian y pretende que fructifiquen.
“Es posible que Ford decida, en dos meses o dos años, poner su red de concesionarios a disposición de los clientes de Rivian”, sostuvo Brauer, destacando que el servicio post-venta es un punto débil de las nóveles empresas automotrices.
Para Jay Ritter, especialista de operaciones de ingreso a bolsa en la Universidad de Florida, el entusiasmo de los inversores capaces de colocar tanto en una empresa que todavía no se probó en un sector que requiere de grandes medios, es “sorprendente”.
Con el dinero obtenido, Rivian podrá contratar ingenieros, acelerar la producción y rápidamente desarrollarse, estima.