Christian Salazar Volkmann, representante del PNUD, y Rodrigo Barraza, coordinador del IDHES, presentaron ayer la novena edición del estudio. / Wilson Urbina


Aunque en la última década El Salvador mostró avances en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) que elabora el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), este año retrocede cuatro peldaños y el informe destaca que los jóvenes siguen siendo las principales víctimas de la violencia y el desempleo.

La delegación de la ONU publicará este jueves el informe que ubica a El Salvador en la posición 121 de 188 naciones del mundo, por arriba del 124 de Nicaragua, 127 de Guatemala y 133 de Honduras. Del resto de Centroamérica, aventaja Costa Rica en la posición 63 y Panamá en el peldaño 66, detalló ayer Rafael Pleitez, representante residente auxiliar del PNUD.

La nueva posición de El Salvador equivale a un retroceso en el IDH respecto a 2016, cuando ocupó el peldaño 117, cuatro puntos más que el actual. “Lo que debemos resaltar es que este salto que ha dado de desarrollo humano El Salvador desde 1990 a 2017, que incrementó 27 %, se ha venido desacelerando en los últimos años y por ello se requiere de un impulso”, comentó.

En materia laboral, la institución determinó que cada año cerca de 81,390 jóvenes se gradúan de educación media y, de esos, el 39.9 % continúa sus estudios, un 26.1 % ingresa al mercado de trabajo, un 4.2 % se dedica a trabajar y estudiar, un 10.1 % busca empleo y un 13.9 % se dedica a tareas domésticas.

Estimó que solo dos de cada diez jóvenes salvadoreños que buscan trabajo logran ser contratados en un empleo digno que incluye cobertura social.

 

Educación

En 2017, la deserción acumulada entre jóvenes alcanzó el 37.7 % y la incidencia aumentó en el segmento de las mujeres, quienes representaron el 39.6 % respecto al 36.8 % de sus pares. Los principales motivos por los que dejaron de estudiar, destaca el PNUD, es por falta de interés, necesidad de empleo, costo, trabajo doméstico y por seguridad.

Este informe encontró que un 28.5 % de las personas jóvenes no estudia ni trabaja, y de ese total el 77.1% corresponde a mujeres que no realizan ninguna de estas actividades y un 31.1% equivale a mujeres que efectúan tareas domésticas no remuneradas. Las mujeres que no estudian, del rango de 16 a 24 años, dedican en promedio 35.1 horas semanales a trabajo doméstico no remunerado.

 

 

¿En qué se debe invertir?



Fuera del sistema educativo

El primer grupo de mayor vulnerabilidad corresponde a los jóvenes fuera del sistema educativo y en riesgo de deserción, pues se estima que los que dejan la escuela representan el 37.7 %.

 

Al mercado laboral

El segundo grupo son los jóvenes en transición al mercado laboral. Se estima que solo el 16.8 % de los jóvenes que pertenecen a la PEA encuentran un empleo decente y un 28.5 % no estudia ni trabaja.

 

Mujeres que no estudian

El 77.1 % de los jóvenes que no estudian o trabajan son mujeres (no se consideran las tareas domésticas), de este grupo hay un 69.8 % que rondan los 16 y 24 años de edad, indica el PNUD.

 

Jóvenes rurales

Se estima que cuatro de cada 10 jóvenes viven en el área rural y solo la mitad trabaja. Las personas rurales tienen en promedio dos años menos de escolaridad de los que viven en la zona urbana.

 

En riesgo

El PNUD indica que el 26.4 % de los jóvenes fueron víctimas de uno o más hechos de violencia en 2016. Un 49.1 % de las personas vivían en hogares con restricciones debido a la inseguridad.