En El Salvador, sólo un 17.1 % de los jóvenes logran acceder a un empleo que cumpla con los requisitos de ley y de dignidad mínimos, como seguridad social y salario justo, según revela un estudio de la Fundación para la Educación Superior (FES), de la Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN).
La fundación lanzó ayer su tercera publicación de la serie de investigaciones Cuadernos FES, titulada “¿Y si termino la escuela?: un análisis de la inserción laboral de la juventud salvadoreña”, que indaga sobre los retos que enfrentan los jóvenes al adaptarse a sus trabajos.
Ricardo Poma, presidente de la FES y rector de la ESEN, aseguró que “este cuaderno aborda una de las grandes problemáticas del país: el desencuentro entre la educación y el mercado laboral”, debido al alto deterioro en la calidad y pertinencia educativa; así como mercados más precarios, con un exceso de demanda laboral y exigencia por nuevas habilidades.
Según la investigación, los jóvenes tienen más dificultad para entrar a los mercados laborales que aquellos mayores de 29. La tasa de desempleo juvenil en el país, de acuerdo con datos de la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples (EHPM) de la Dirección General de Estadísticas y Censos (Digestyc), ronda el 11.8 %, en comparación al promedio nacional de 7 %.
Según Carolina Rovira, coordinadora de la FES, “los jóvenes se insertan en el mercado laboral en condiciones más precarias”, pues la tasa nacional de personas que cuentan con un empleo “decente” -con un salario mínimo, seguridad social y horarios laborales justos-, ronda el 20.4 %, frente al 17.1% de jóvenes. Este porcentaje es aún menor si se trata de mujeres, pues solo un 16.2% logra un empleo digno; y es todavía más bajo en la zona rural, donde sólo el 9.7 % tiene acceso a estos empleos.
Además, el salario promedio de los jóvenes, sin importar el género o lugar de residencia, es menor que el mínimo de ley.
De hecho, terminar la educación básica no es garantía de lograr un empleo con salario mínimo; y al graduarse de la universidad, el salario promedio es de sólo $408.
De acuerdo con el estudio, la situación precaria en el empleo juvenil puede explicarse a la baja productividad del país, que ya cumple un ciclo de más de diez años con bajo crecimiento, así como altos niveles de deterioro del tejido social.
Además, según el rector de la ESEN, el sistema educativo es una de las principales causas de la mala condición laboral de los jóvenes, debido a la limitada formación de sus capacidades en escuelas que no llenan las necesidades del mercado.
¿Qué explica la baja empleabilidad de los jóvenes en El Salvador?
Género
Un 40.4 % de mujeres no estudia ni trabaja; frente al 13 % de hombres en la misma condición. Según el estudio, en el caso de las niñas, se asumen roles domésticos desde muy temprano, afectando la permanencia escolar y la participación en el mercado laboral.
Territorio
En el caso de los jóvenes urbanos, un 31.2 % se dedica exclusivamente al estudio, frente a un 17.1 % de jóvenes rurales. Además, un 33.8 % jóvenes en el campo no estudia ni trabaja, mientras que esta realidad aplica solo para el 22.6 % de jóvenes urbanos.
Jefatura de hogar
Sólo un 4.5 % de mujeres jefas de hogar entre 15 y 29 años logra estudiar, frente a un 26.1 % del promedio; mientras un 53.2 % trabaja. En el caso de los hombres jefes de hogar, un 90.3 % trabaja, y solo un 1.1 % estudia.