Según las estadísticas de la la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), el año pasado las aerolíneas de la región transportaron a 177.3 millones de personas, la cifra es un 59.2 % inferior al ritmo que el sector tenía en 2019 una caída histórica que obligó a las empresas a maniobrar para evitar quiebras.
Los datos de pasajeros de 2020 fueron alimentados, principalmente, por la actividad de los vuelos domésticos en mercados como el mexicano que no detuvieron dicha actividad pese a la emergencia.
José Ricardo Botelho, director ejecutivo de ALTA, explica que la recuperación del sector tomará tiempo y esfuerzo y que para lograrlo será necesario seguir con los controles de bioseguridad y los avances en los planes de vacunación en los distintos mercados de la región.
El sector aéreo es, a escala mundial, uno de los más afectados por las restricciones impuestas para contener la pandemia del covid-19.
La Asociación destaca que en Latinoamérica abril fue el peor año para el rubro cuando la cantidad de viajeros se desplomó a un millón, una cifra que para diciembre ya era de 20 millones, es decir el 50 % del flujo registrado en el mismo mes de 2019.
México, Brasil y Chile, países que no detuvieron su actividad aeronáutica durante todo 2020, representaron la gran mayoría del tráfico del año pasado”, José Ricardo Botelho, Director ejecutivo de ALTA
Antes del inicio de la emergencia sanitaria, el sector aéreo de la región arrancaba con optimismo marcado por dos años de crecimiento.
Según estimaciones de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), antes de la crisis sanitaria la industria de la aviación aportaba $156.000 millones en Producto Interno Bruto regional y era el motor de 7.2 millones de empleos cifras mermadas por las cuarentenas y afectadas por las restricciones que todavía están en vigor en algunos mercados.
Botelho añade que la situación en Latinoamérica es un reflejo de lo que ocurre en el mundo y destaca datos de la Organización de Aviación civil Internacional (OACI), que estima que 2020 hubo una reducción general en la oferta de asientos por las aerolíneas en todo el mundo del 50 % en comparación con la 2019 y una reducción del 60% en el número de pasajeros.
“Nuestra industria alcanzó su momento más difícil (...) dentro de lo sumamente retador que fue para todos, me enorgullece ser parte de este sector que demostró resiliencia, creatividad y responsabilidad”, dijo el ejecutivo.
Más flexibilidad
El mes pasado la oficina regional de la IATA pidió a El Salvador adoptar el uso de pruebas rápidas de covid-19 como válidas para ingresar al territorio.
El costo de las de Reacción en Cadena de Polimerasa (PCR, por sus siglas en inglés) es, por ahora, uno de los frenos para un despegue más ágil del rubro el cual espera que la adopción de pruebas asequibles como la de antígeno motiven a que más viajeros.
La semana pasada la Dirección Nacional de Medicamentos (DNM) autorizó la importación y comercialización de las pruebas de antígeno, pero sigue en firme el requisito de PCR para ingresar al país.