El presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó el lunes con condicionar el nuevo acuerdo de libre comercio norteamericano TLCAN a que México endurezca su política migratoria, un planteo que rechazó tajantemente el gobierno mexicano.

Trump quiere supeditar la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) a que México se comprometa a detener el flujo migratorio para impedir la llegada de indocumentados a Estados Unidos.

"México, cuyas leyes de inmigración son muy duras, debe evitar que las personas atraviesen México hacia Estados Unidos. Podemos hacer de esto una condición para el nuevo acuerdo del TLCAN", escribió Trump en Twitter.

"¡Nuestro país no puede aceptar lo que está sucediendo! Además, debemos obtener fondos para el muro (fronterizo) rápidamente", añadió, en alusión a la barrera limítrofe que pretende levantar para proteger los intereses de Estados Unidos, pero para la cual no ha obtenido la financiación que necesita.

El gobierno de Enrique Peña Nieto, que mantiene tensas relaciones con Washington desde la llegada al poder de Trump en enero de 2017, tildó de "inaceptable" la propuesta de Trump.

- "Inaceptable" -
"México decide su política migratoria de manera soberana, y la cooperación migratoria con Estados Unidos ocurre por así convenir a México", tuiteó el canciller mexicano, Luis Videgaray.

"Sería inaceptable condicionar la renegociación del TLCAN a acciones migratorias fuera de este marco de cooperación", agregó.

No es la primera vez que Trump vincula la relación comercial al control migratorio.

A principios de abril, Trump advirtió a México que "la gallina de los huevos de oro del TLCAN" estaba en juego si no tomaba medidas para detener a una caravana de un millar de emigrantes centroamericanos que viajaban hacia la frontera con Estados Unidos.

Sus furibundos tuits y la decisión de movilizar "hasta 4.000" miembros de la Guardia Nacional para reforzar el límite sur de su territorio hasta el 30 de septiembre de 2018, tensaron aún más la relación.

El presidente mexicano dijo que las "actitudes amenazantes o faltas de respeto" eran innecesarias, y dispuso revisar toda la cooperación con Estados Unidos.

- 600 personas -
La caravana de migrantes que desató la furia de Trump a principios de abril se ha reducido a unas 600 personas, en su mayoría centroamericanos. La semana pasada los activistas que la encabezan dijeron que ayudarían a unos 200 inmigrantes a solicitar asilo en Estados Unidos porque huyen de la violencia o la represión.

"El presidente continúa monitoreando la situación. Una nación soberana que no puede defender sus fronteras ya no será una nación soberana", dijo la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.

Y pidió al Congreso aprobar legislación para acabar con los vacíos legales que impiden blindar la frontera.

"La necesidad de corregir estas lagunas y debilidades en nuestro sistema de inmigración es crítica", dijo el fiscal general Jeff Sessions, que ordenó asegurar que haya suficientes fiscales y jueces de inmigración disponibles en la frontera para tratar los casos que puedan surgir debido a esta caravana.

El gobierno de Estados Unidos "alienta a las personas con pedidos de asilo u otros reclamos similares a buscar protección en el primer país seguro que ingresen, incluido México", dijo por su parte la secretaria de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen.

Añadió que quienes busquen asilo pueden ser detenidos mientras se procesan sus pedidos, y que quienes no los tengan serán expulsados "de inmediato".

- Presión por elecciones -
Trump volvió a hablar de este tema dos semanas después de afirmar que las negociaciones con México y Canadá para modernizar el TLCAN "están marchando bien".

Peña Nieto, cuyo país envía el 80% de sus exportaciones a Estados Unidos, coincidió con esa apreciación tras reunirse con el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, al margen de la Cumbre de las Américas en Lima a mediados de abril, aunque dijo que "no hay absolutamente ninguna fecha" fijada para firmar un nuevo TLCAN.

Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, reconoció entonces la necesidad de lograr avances ante un cargado calendario político.

"Existe definitivamente un momento positivo y estamos avanzando, es un deseo y un reconocimiento que los plazos que nos imponen las elecciones de México y las de medio mandato en Estados Unidos significa que tenemos cierta presión para avanzar en las próximas semanas", dijo en Lima.

Trump ha amenazado con retirar a Estados Unidos del TLCAN desde la campaña electoral, a pesar de que la industria estadounidense y miembros del gobernante partido Republicano sostienen que el país se ha beneficiado del pacto vigente desde 1994.