A la fecha se encuentran en operación 200 MW y se prevé la incorporación de 300 MW para 2020, provenientes de plantas que ahora están en construcción. “En año y medio vamos a tener más de 500 MW de proyectos de generación solar y eólica operando en El Salvador, que significa que andarán por el 30 % de la capacidad instalada”, indicó la ejecutiva.
Entre 2012 y 2016, el Gobierno salvadoreño junto a las distribuidoras de electricidad realizó cuatro licitaciones para contratar energía renovable, donde plantas fotovoltaicas y un parque eólico en Metapán, Santa Ana –el primero que tendrá el país- se adjudicaron 276 megavatios.
En 2017, se lanzó una nueva licitación de 28 megavatios, de los cuales 20 MW serán para energía fotovoltaica y los ocho restantes para biogás. Este concurso se encuentra en proceso y se espera que los proyectos solares inicien operaciones en 2020, mientras que los de biogás arrancarían en 2021.
Esta proyección no incluye la puesta en marcha de la primera planta de gas natural licuado, que suministrará 355 MW a partir de 2021, lo que equivale al 30% de la demanda nacional de energía. Si se suma la generación hidráulica, que hoy en día aporta 552 MW –el 29.9 % de la capacidad instalada-, El Salvador tendría dentro de dos años más de 1,400 MW generados por tecnologías limpias.
Avanzan en pronósticos
La Unidad de Transacciones (UT), administrador del mercado mayorista de energía eléctrica en el país, utiliza desde 2017 la planta virtual desarrollada por la empresa alemana Energy & Meteo Systems, para realizar pronósticos de generación eólica y fotovoltaica.
Esta planta virtual es “el cerebro” de un software que reúne información de todos los parques conectados a la red, donde se controla disponibilidad y fases de mantenimiento para crear proyecciones sobre la producción actual y futura.
“Se necesita una herramienta para controlar todas las distribuidoras y, en los pronósticos de energía solar y eólica, siempre es necesario controlar la producción. La planta virtual es como el cerebro del centro de control, que colecta toda esa información para, justo en situaciones de crisis, poder intervenir”, indicó Matthias Lange, director de Energy & Meteo Systems.
Esta plataforma es parte de un plan piloto que se ejecuta en El Salvador con el apoyo de la Corporación Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ), en el marco de su programa de energía renovable y eficiencia energética en Centroamérica que se conoce como 4E.
Por naturaleza la energía renovable variable, como la solar, depende del clima y experimenta cambios en las condiciones con mucha facilidad. “Tiene la peculiaridad que es muy volátil, en la medida de predecir cuánto será la producción se puede integrar de una forma óptima a la matriz energética”, comentó Juan José Orellana, gerente de operación de la UT.