Unos 600,000 salvadoreños ingresarían al umbral de pobreza por el impacto combinado de las medidas preventivas para controlar la expansión del COVID-19 y la recesión económica, según previsiones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El multilateral publicó este fin de semana su informe sobre el choque económico debido a la pandemia del nuevo coronavirus para América Latina y el Caribe, en el cual advierte que la región sufrirá una contracción entre el -1.8 % y 5.5 % para 2020, con probabilidades de que el daño se expanda hasta 2021 y 2022 “a menos que los gobierno implementen programas bien enfocados para amortiguar los impactos”.
En su apartado dedicado a El Salvador, a cargo de los economistas Juan José Barrientos y Julia Escobar, se destaca que la respuesta fiscal y los estímulos al consumo por parte del Ejecutivo “tienen elementos regresivos”. Esto se debe a que el subsidio $300 -destinado al 75 % de la población- no tiene forma de llegar a dos de tres partes de la fuerza laboral que se encuentra en el sector informal, de esa forma se podría “excluir a una importante proporción de los pobres y los vulnerables”.
En este informe se señala que el impacto de las medidas y la recesión económica tendrán repercusiones “significativas” en los hogares salvadoreños con estimaciones que el número de pobres se incremente en 600,000 personas. Estos se sumarían a los 2.2 millones de salvadoreños que ya viven en pobreza y representan el 28.8 % de los hogares, según la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) de 2018.
Las previsiones del BID indican que la clase media consolidada pasará de representar el 22 % a un 17 %, mientras que la clase media vulnerable pasará de 47 % a 43 %. La pobreza, por otro lado, aumentaría del 28 % a un 39 %.
“Es importante destacar que estos impactos se podrían reducir a la mitad con una política de transferencias de efectivo, asumiendo una focalización perfecta en los segmentos más afectados. Sin embargo, bajo lineamientos actuales dicha política presenta altos errores de inclusión y exclusión, y supone necesidades de financiamiento considerables, con un coste equivalente a 1.8 % del PIB por cada mes que se implementen las transferencias”, indica el informe.
Los autores del informe estiman que la pobreza en El Salvador de dispararía de un 30.7 % a 42.3 % sin la transferencia de efectivo, mientras que con la entrega adecuada del subsidio la pobreza llegaría a 35.6 %, unos 6.7 % menos que en el escenario sin el apoyo financiero.
Afectaciones por la crisis sanitaria en la economía salvadoreña
Contracción económica
Se espera que la economía salvadoreña caiga entre -2 % y un -4.3 % este 2020; antes de la crisis se esperaba un avance del 2.5 %.
Esto se debe a la paralización del tejido productivo y al decrecimiento de Estados Unidos, pues el BCR estima que por cada punto porcentual que se contrae la economía estadounidense el PIB salvadoreño se reduce un 0.8 %.
Fiscal
El Ministerio de Hacienda prevé una caída en los ingresos tributarios arriba de los $400 millones (1.5 % del PIB) por el paro preventivo en la economía. El esfuerzo presupuestario para enfrentar las necesidades sanitarias y económicas elevará el gasto público entre 3.8 % y 6 % del PIB, mientras que el déficit fiscal se cuadruplicaría hasta 7.6 %. La deuda aumentaría 7.6 % del PIB.
Exportaciones
Se verán afectadas por la desaceleración en la economía de Estados Unidos, principal socio comercial; al término de 2019, El Salvador envió bienes al mercado exterior por $5,943.3 millones.
La factura petrolera podría reducirse entre $400 y $900 millones (1.5 % y 3.4 % del PIB), sin embargo la disrupción en la cadena de suministros afectaría la producción local.
Remesas bajan -11 %
El BID estima que las remesas podrían caer entre -5 % y -11 % este 2020 por el potencial aumento de desempleo en el mercado laboral latino en la economía estadounidense pues, según el BCR, el 50 % de los remitentes de remesas no cuenta con documentos legales. Al cierre de 2019, El Salvador recibió $5,650.2 millones en concepto de remesas y se dirigen a más de 396,000 hogares.
Más pobres
El BID indicó que el impacto de las medidas y la recesión económica tendrán “repercusiones significativas” en los hogares salvadoreños y el número de pobres se podría incrementar en 600,000 personas.
Por hoy, unos 2.2 millones de salvadoreños viven en pobreza.
La clase media podría reducirse del 22 % al 17 % de la población y la pobreza incrementaría del 28 % al 39 %.