Las Zonas Económicas Especiales (ZEE), un polémico régimen de incentivos fiscales propuesto por el Gobierno salvadoreño, “no tienen un rumbo definido” y carecen de proyectos que impulsar, manifestó ayer Pedro Argumedo, investigador senior del Departamento de Estudios Económicos de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).
Para Argumedo, las Zonas Económicas Especiales propuestas en el actual anteproyecto de Ley, “son críticas y carecen de tareas previas fundamentales”, como discutir diferentes modelos aplicados en el mundo, y definir qué actividad productiva le dará vida a la iniciativa.
Según el representante del tanque de pensamiento, los regímenes de Zonas Francas y otros programas de incentivos fiscales, deben contar con propuestas de inversiones concretas por parte de empresas interesadas, incluso antes de ser presentadas como una nueva ley de incentivos.
“Estamos discutiendo el marco legal, pero no cuáles son los proyectos que se van a desarrollar”, explicó Argumedo, quien detalló que la Ley de Zonas Francas, aprobada en 1974, fue impulsada por la creación de la zona industrial de San Bartolo; y los incentivos fiscales de la Ley de Turismo, se dieron porque existía actividad económica de cadenas de hoteles.