Uno de los errores de nuestra clase política es que han extendido sus métodos de confrontación bélica a la confrontación política. Se trata de “acabarse al otro”, no convivir armónicamente. Y en eso, las redes sociales, tan útiles para cosas buenas, también se han convertido en una arma del odio para algunos.
En las redes sociales hay personajes públicos irresponsables que se han vuelto adictos a escribir impulsivamente cualquier cosa que se les ocurre. Su lengua y su hígado prevalecen sobre su mente y su corazón.
La dramática situación de salud que sufre el expresidente Francisco Flores es un buen ejemplo de eso. Ha habido personajes que no tienen la más mínima humanidad ni consideración y fomentan el odio en esta situación. Una persona que es capaz de desear el mal al prójimo en una situación tan extrema de salud, difícilmente tiene paz y bienestar en su vida.
Los salvadoreños necesitamos paz, necesitamos sosiego en estos tiempos difíciles. La clase política debe pensar en eso. Que no se les olvide que todos somos seres humanos.