Las deportaciones anunciadas por el presidente estadounidense, Donald Trump, podrían impactar la economía salvadoreña de forma directa e indirecta, advirtió este jueves Grupo Bancolombia, casa matriz de Bancoagrícola.

Un análisis divulgado por Bancolombia postula un escenario en el que, si las promesas de deportaciones de Trump se concretan a un 50 %, afectará en diferentes formas a los países de Centroamérica.

La directora del equipo de investigaciones económicas de Bancolombia, Laura Clavijo, aseguró que las proyecciones de deportación planteadas por la administración Trump son prácticamente “imposibles”, pero destacó que eso no significa que “no se estén haciendo” o que no vayan a continuar.

“Las deportaciones vienen ocurriendo, son muy ambiciosas las metas que se tienen con la política migratoria, pero con lograr un 50 % va a ser relevante para economías que tienen una gran participación allá”, añadió Clavijo.

Si las deportaciones se cumplen en al menos un 50 %, la participación de las remesas dentro del consumo privado en El Salvador pasaría de un 6.3 % a un 6.1 %. Esto significaría un duro golpe para las empresas, ya que el consumo representa cerca del 80 % del producto interno bruto (PIB).

Clavijo aseguró que el impacto para El Salvador no sería “muy significativo”, pero para Guatemala apunta a una transición de un 4.6 %, a un 3.8 % del consumo privado.

En el caso de México, el consumo privado por medio de las remesas pasaría de un 1.3 % a un 1.2 %.


Efecto indirecto

Pese al efecto “directo pequeño”, la reducción de las remesas mermaría las exportaciones salvadoreñas a la región, así como el turismo que viene desde los países centroamericanos, básicamente porque una buena parte de las remesas se destina para consumo y, al ingresar menos dinero a los hogares, tendrían que ajustar a sus necesidades más apremiantes.

“Si uno considerar que la caída de las remesas podría terminar golpeando las exportaciones y turismo de El Salvador, creo que el mensaje es desde la política migratoria y datos parece ver un efecto directo bajo, o controlado pero el efecto indirecto desde otras economía es algo para entrar a evaluar”, planteó la investigadora.

Guatemala es el segundo socio comercial más importante para las empresas salvadoreñas, a febrero de 2025 adquirió un 21.3 % de los más de $1,097 millones que bienes que se enviaron al mundo.

A nivel de turismo, ocupa los primeros lugares de países emisores de visitantes para El Salvador, junto con Estados Unidos y Honduras.

En suma, Clavijo indicó que la teoría apunta a que previo a las deportaciones voluntarias, en medio de políticas migratorias e incertidumbre, los niveles de remesas generan picos en las economías, porque la diáspora comienza a vender sus propiedades en donde residen de forma indocumentada y enviar el capital hacia sus hogares.

Con relación a lo anterior, El Salvador sumó en los primeros dos meses de 2025 la cifra histórica de $1,406.4 millones en remesas, con un aumento de un 14.2 %

“Acá las remesas han tenido un repunte en este inicio de año y, posiblemente, esté atado a este fenómeno de anticipar movimientos en esta política migratoria”, indicó la directora del equipo de investigaciones económicas de Bancolombia.

Pese a lo anterior, la investigadora enfatizó en que es difícil saber si se trata de esta situación, porque hay una aumento estructural de las remesas que el país mantiene desde hace años, por lo que es necesario continuar observando el fenómeno.

A nivel general, Bancolombia espera que las remesas, que representaron un 24.1 % del producto interno bruto (PIB) para El Salvador en 2023, continúen creciendo por debajo de los niveles prepandemia pero “nada que atente contra la actividad económica”.

Clavijo indicó que las proyecciones de crecimiento de las remesas rondarán entre un 3 % y un 4 % anuales en los próximos cuatro años. Para el 2025, Bancolombia prevé que este flujo de ingresos aumente un 3.3 % en El Salvador, por encima del aumento registrado al cierre de 2024 cuando ascendieron a $8,479 millones, un 2.5 % más que en 2023.