Nuestro país está sufriendo la peor crisis de criminalidad de su historia. El año 2015 culminó con récords escalofriantes de violencia y los hechos de los últimos días nos demuestran que nadie está exento de esta locura que vivimos. Pero no podemos seguir usando las mismas estrategias y quizás los mismos hombres para combatir la criminalidad. Las jefaturas policiales han sido las mismas por casi 25 años y evidentemente no han funcionado con la eficiencia y los resultados esperados.
Es igual la situación económica, el despegue tan esperado no va a funcionar si seguimos haciendo lo mismo: atizando la confrontación, generando incertidumbre e inventando cargas impositivas sin fomentar la producción o atraer inversiones indispensables para el país.
El Salvador necesita un cambio de actitud y recordando una vez más a Einstein, el genio decía que “hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”. Es hora de mostrar la nuestra.