Una vez más, el Gobierno del FMLN promueve una reforma de pensiones que nadie conoce y que despierta sospechas sobre los propósitos y consecuencias de la misma.

El mayor peligro es que los fondos de pensiones del futuro se queden comprometidos para financiar un sistema fracasado, de tal manera que a mediano plazo, serían dos los sistemas que fracasaron debido a las políticas gubernamentales erradas. El llamado “sistema mixto” será una medicina a corto plazo que a la larga, solo servirá para endeudar más al país, creando una ficción financiera que no resolverá nada.

Son $8,500 millones los que están en juego y pertenecen a cuentas individuales de los trabajadores y futuros jubilados. Generan intereses y si no tienen mayores ganancias es precisamente porque el Estado los ha utilizado a su antojo para la compra de instrumentos financieros. Una reforma de pensiones no debe hacerse solo porque se tiene la aritmética legislativa. Como bien apunta Asafondos, debe hacerse un estudio serio, técnico, independiente y profesional, no dejarlo en manos de diputados que difícilmente cuestionan y están acostumbrados a votar como les ordenan. Las consecuencias pueden ser gravísimas.