La desaparición de dos jóvenes repartidores de comida rápida en la zona de Lourdes, Colón, estremeció a la sociedad salvadoreña en noviembre de 2020. Esta semana, in menor de 17 años fue sentenciado a 50 años de prisión tras ser hallado culpable de haber participado en la desaparición y homicidio de los dos jóvenes.

Se trata de una condena ejemplar. Aunque, tratándose de un menor solo purgará 15 años de internamiento. Otros nueve pandilleros, mayores de edad, están siendo procesados por estos asesinatos.

Los jóvenes Diego Miguel Sibrián, de 22 años y Wilmer Vladimir Escalante desaparecieron el 27 de noviembre de 2020, y sus osamentas fueron localizadas en una fosa clandestina en el cantón El Limón, de la urbanización Nuevo Lourdes, en Colón, La Libertad el 22 de enero del 2021.

La manera en que actuaron estos sujetos planificada e impunemente nos muestra que la desaparición y asesinato de los jóvenes no fue una casualidad. Hay bandas claramente dedicadas a la desaparición de personas y todos los casos se deben investigar, perseguir y castigar como este. Este es un mal que llevamos décadas sufriendo como sociedad y no podemos seguir soportando. Son un crimen aberrante, doloroso, demasiado frecuente pero igualmente inaceptable.

Esta condena es ejemplar y es el paso correcto para perseguir otros crímenes similares, como el de los hermanos Guerrero Toledo y otros tantos que tanto nos han conmocionado en los últimos años.