Junto a Jolie, está de nuevo Elle Fanning en el papel de la joven Aurora que, lejos de pasarse la historia esperando a ser rescatada por el príncipe, invierte los papeles y toma la iniciativa para enfrentarse a la malvada Reina Ingrith, interpretada por Michelle Pffeifer. Un potente reparto femenino que reivindica “las mujeres fuertes e independientes” que históricamente “han sido tachadas de malas”, pero que no se olvida de los hombres.
“Muchas veces la historia trata sobre una mujer fuerte que tiene que derrotar al hombre, o ser como él, o no necesitarlo, pero nosotras necesitamos, amamos, y aprendemos de los hombres”, señaló Jolie durante la presentación de la película en Londres. Sin embargo, la estrella reconoce que “ser una mujer fuerte supone una amenaza” para la sociedad y que es “empoderante” dar vida a un personaje como Maléfica, que rompe con el estigma de bruja que tan a menudo se usa para descalificar a las mujeres.
La secuela busca representar “diversos tipos de mujer”, sin desmerecer la fortaleza de aquellas que deciden ser madres. “Es justo lo que quería hacer con Aurora, hay mucha fuerza en su dulzura, en su feminidad, en querer casarse y tener hijos”, defiende Fanning, añadiendo que a menudo “ese tipo de mujer es olvidado”.
Precisamente la maternidad es el eje central de la película y es representada desde una perspectiva que toca de cerca a Jolie. “Uno de los grandes mensajes de la película es que la sangre no hace la familia”, dijo en una entrevista a Europa Press la actriz, madre de tres hijos adoptados, sobre la conmovedora relación de cuidado que se establece entre Maléfica y Aurora. Una dinámica que fue más allá de la ficción.
“En la primera película, ella era una niña así que pasamos mucho tiempo manteniendo una relación de madre e hija y conociéndonos”, apunta Jolie sobre Fanning, que tenía tan solo 14 años cuando rodó la anterior entrega de la saga. Joachim Ronning (Piratas del Caribe: La venganza de Salazar) dirige la cinta desde esta misma visión y describe Maléfica 2 como “una historia de emancipación de una hija” con la que “puedo identificarme como padre” y que “me atrapó emocionalmente”.