Las recientes declaraciones de Kanye West a favor de Donald Trump y sobre la esclavitud pusieron al rapero bajo los focos generando reacciones indignadas, aunque también algunos lo ven como una crítica a un exceso de corrección política en Estados Unidos.
Después de estar alejado de las redes sociales casi un año y perder millones de seguidores, West solo necesitó unos pocos tuits para volver a posicionarse en los medios.
Primero vino su declaración de "amor" a su "hermano" Donald Trump junto a la ahora famosa foto posando con una gorra con el lema "Make America Great Again", popularizado por la campaña del magnate.
Las críticas no se hicieron esperar en el campo demócrata, mientras que parte de los conservadores que en el pasado lo habían criticado -incluso duramente- celebraron esta reaparición.
Las pocas figuras del mundo de la cultura que se lanzaron a apoyarlo, como Chance The Rapper, tuvieron que dar marcha atrás rápidamente.
El martes, la polémica se avivó después de que el músico comentó que la esclavitud había sido una "elección" de los afroestadounidenses.
"Cuando oyes hablar de 400 años de esclavitud... ¡¿400 años?!, eso suena para mí como una elección", dijo el rapero de 40 años en una entrevista en video en el sitio de TMZ.
"No me sorprendería que nuestros antepasados estuvieran descontentos con estos comentarios desinformados", escribió en Instagram el director Spike Lee, que lanzó un llamado a Kanye West: "¡Abre los ojos!"
Desde su ascenso como cantante en 2004 con el álbum "The College Dropout", West suele sorprender con sus salidas, a menudo polémicas.
Desde un ataque a George Bush en un programa de televisión en vivo en 2005 a su apoyo reiterado a Donald Trump, pasando por su intervención improvisada en la ceremonia de los premios VMA de MTV para cortar el discurso de Taylor Swift, el otrora productor musical se ha forjado la imagen de provocador, genial pero megalómano e incontrolable.
¿Trata West de ser libre? -
Algunos ven en esta nueva andanada de opiniones una calculada operación de promoción antes del lanzamiento de su nuevo álbum el 1 de junio.
Hay quienes cuestionan su salud mental, mientras atan cabos con su hospitalización repentina atribuida al agotamiento a fines de 2016 tras interrumpir un concierto.
Pero otros lo ven como un cuestionamiento legítimo -aun si desafortunado- de la sociedad estadounidense actual.
"Para mí, los comentarios sobre la esclavitud fueron un error", considera Jeffrey McCune, profesor de estudios afroestadounidense de la Universidad de Washington en St. Louis, que dictó un curso a Kanye West y prepara un libro sobre él.
"Fue un momento extraño en esa entrevista", agrega y condena esa percepción de la esclavitud. "Estuvo desconectado" del resto de sus comentarios.
Pero para McCune hay que evaluar la totalidad de sus recientes declaraciones, en las que el rapero "sugiere que existe un estado de esclavitud mental que impide a la gente pensar libremente".
Kanye West "reaparece y trata de ser lo más franco posible públicamente", observa Jeffrey McCune, comparándolo con un "fugitivo que está tratando de ser libre", un esfuerzo que se dificulta por "esta cultura de la tecnología, las redes sociales y las frases cortas".
"Tomamos pequeños errores para dar vuelta la carrera de un artista genio", lamenta.
"Para ser claro: por supuesto que sé que los esclavos no fueron encadenados y subidos a un barco por su propia voluntad", tuiteó el martes Kanye West en reacción a la controversia.
La razón por la que dijo que presentó el tema de esta manera es "porque no podemos estar encarcelados mentalmente durante los próximos 400 años, necesitamos pensar libremente ahora".