Veinte años pasaron desde que Rose le prometió a Jack que no se rendiría jamás antes de perderlo en el océano helado mientras en los cines los lagrimones caían sobre las palomitas.

"Titanic" cumple dos décadas desde que llegó a la gran pantalla y la celebración incluyó presentaciones en cines en todo Estados Unidos, donde los espectadores desvanecían con la historia de amor interpretada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, hoy actores de gran categoría y galardonados con un Óscar.

"La historia del Titanic tiene una calidad que perdura en el tiempo", dijo el director James Cameron a fanáticos en una proyección en Los Ángeles.

La mujer de alta sociedad interpretada por Winslet y el vagabundo artista que encarnó DiCaprio son dos personajes ficticios en una dramatización del hundimiento en 1912 del barco más famoso de la historia tras chocar con un iceberg en su viaje inaugural por el Atlántico.

La película, distribuida por Paramount en Estados Unidos y Fox en el extranjero, entró en la historia del cine cuando recibió 11 premios Óscar, incluyendo los de mejor película y mejor director para Cameron.

Con una recaudación mundial de 2.200 millones de dólares, fue la película más exitosa jamás realizada hasta que "Avatar", también de Cameron (2009), cosechó 2.800 millones en taquilla.

Pese a su inusual extensión de 195 minutos, que por momentos se hacen interminables, recibió muy buenas críticas y el tema "My Heart Will Go On", de Celine Dion, se convirtió en un éxito mundial.

- Cinco palabras -
Cameron, de 63 años, recordó que vendió a Fox la idea de la película con "lo que probablemente fue la propuesta más corta en la historia del cine en Hollywood".

Recordó que abrió un libro que tenía una pintura de Ken Marschall, "el mejor artista del tema del Titanic".

"Era una hermosa imagen de una bengala encendida que iluminaba el barco, con los botes salvavidas alejándose", contó. "Dije: 'Romeo y Julieta aquí'. Cuatro palabras".

DiCaprio y Winslet, que entonces tenían 21 y 20 años respectivamente, comenzaron a rodar en septiembre de 1996. Su primera escena juntos fue aquella en la que ella aparece desnuda frente a él para que la pintara.

Cualquier incomodidad pronto quedó atrás y ambos se hicieron buenos amigos, reuniéndose en la gran pantalla poco más de una década después en "Revolutionary Road" ("Solo un sueño", en América Latina) de Sam Mendes (2008).

"Realmente conectaron y estuvieron allí para apoyarse en una escena larga, difícil y agotadora", contó Cameron.

Fue una producción de proporciones épicas: 200 millones de dólares, la más cara hasta entonces, con 1.000 extras y un equipo de más de 800 personas.

Cameron tenía un modelo a escala real del funesto barco de lujo, construido en 16 hectáreas de un terreno en la costa de México comprado por Fox, luego de recibir los planos originales de la nave.

Las habitaciones fueron recreadas meticulosamente a partir de viejas fotografías, así como la lujosa escalera de la primera clase, con caoba y lámparas doradas, todo finalmente destruido en la escena del hundimiento.

- "¿Un gran fracaso?" -
Esta opulencia captó mucha atención, al punto que la revista Variety tenía una columna diaria sobre la producción, ridiculizando lo que se esperaba que sería el gran fracaso de Hollywood.

Cameron pegó una hojilla de afeitar con cinta a la pantalla de su equipo de edición con una nota escrita en pluma: "Usar en caso de que la película apeste".

No solo no "apestó" sino que rompió el molde: debutó en el mercado estadounidense generando 28,6 millones de dólares y, aunque se esperaba que cayera entre 40% y 50% en la siguiente semana como sucede con cualquier película de este tipo, se mantuvo a la cabeza de la taquilla por 15 semanas consecutivas.

Expertos atribuyeron estos resultados a que grupos de adolescentes volvían al cine varias veces, pero Cameron cree que a "Titanic" le fue tan bien porque la historia de amor atrajo a todas las generaciones.

"No se trata más de Kate y Leo, es Jack y Rose", dijo Cameron. "Y siempre será Jack y Rose y eso es lo que más nos enorgullece, que creamos algo que tiene su propia realidad, intemporal y que teóricamente puede ser disfrutado indefinidamente".