“Yo quiero que me llamen perro sin amo, tierra no dirimida, vino riojano, herrero, campesino, de cal y canto, qué no quiero llamarme, como me llamo”, es parte del primer tema musical con el que inició su espectáculo el cantautor argentino Alberto Cortez, el jueves por la noche, en el hotel Crown Plaza de San Salvador.

El artista deleitó a la audiencia salvadoreña con sus grandes éxitos, como: “A mis amigos”, “Mi árbol y yo”, “El tiempo pasó”, “En un rincón del alma”, “Eran tres”, “La pampa es un viejo mar”, “Distancia, Frankenstein”, “Callejeros”, “Te llegará una rosa”, entre otros.

Cortez, quien es conocido por muchos como “El gran cantautor de las cosas simples”, comenzó a componer canciones a los 12 años. Una de sus primeras obras es “Un cigarrillo, la lluvia y tú”. En 1958 llegó a Buenos Aires e ingresó en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, donde cantaba con su guitarra para ayudarse económicamente mientras estudiaba.

El piano y su voz elementos necesarios para que la velada fuera inolvidable. Los fans del artistas desbordaron sus corazones al escuchar las melodías que les recordaban a su escuela, su infancia y a muchos un amor no correspondido.

El cantautor, en cada espacio de la velada expresó el agradecimiento que sintió por su audiencia salvadoreña y ofreció sus disculpas al no poder interpretar sus éxitos musicales de pie, debido a sus problemas de salud. Obstáculos que no fueron suficientes para encantar a un público que ovacionó a Cortez.