Y aunque esté basada en hechos reales, como toda producción de ficción, ‘Mank’ no sigue al dedillo lo ocurrido entre 1930 y 1941, los años en los que se ambienta la cinta de Fincher. El filme no solo narra cómo se gestó el guion de la cinta de Welles, sino que también aborda algunos momentos históricos del Hollywood de los años 30 como las consecuencias de la Gran Depresión o la importancia que en el juego político tuvieron los grandes estudios.
Repasamos qué es realidad y qué forma parte de las licencias creativas que tiene la cinta:
Reclutando guionistas.
En una de las escenas ambientadas en 1930, Charles Lederer (Joseph Cross) llega a los estudios de la Paramount y otro personaje le comenta que Mankiewicz envió un telegrama reclutando guionistas para la transición al cine sonoro “a cualquiera que supiera juntar tres palabras juntas”.
Cierto es que Mankiewicz envió el telegrama a varios escritores y dramaturgos para reclutar guionista para Hollywood -él llevaba instalado desde 1926-, pero no consta que, en realidad, buscase fichar “a cualquiera”. Es más, él utilizó sus contactos dentro de la escena de Nueva York para llevarse profesionales del teatro, lo que evidencia que se buscaba talento con credenciales. Entre los reclutados, estaba el hermano menor de Mank, Joseph L. Mankiewicz, que se convirtió en uno de los grandes cineastas del Hollywood dorado.
Las lágrimas de Mayer.
Una de las escenas más incómodas de ‘Mank’ es en la que Louis B. Mayer (Arliss Howard) reúne a los trabajadores del estudio MGM para pedirles, entre lágrimas, reducir sus salarios de forma temporal en un 50 % para evitar despidos. Mayer promete reembolsarse la cantidad restada en cuanto los bancos volvieran a abrir.
Una medida dura que tuvo el apoyo de los trabajadores, debido a la complicada situación económica provocada por la Gran Depresión.
Este momento es completamente real. Mayer quiso evitar el escándalo de huelgas y revueltas sindicales. Y, tal y como se plasma en la cinta, el empresario no cumplió con su promesa. Pues, efectivamente, los trabajadores recuperaron su sueldo completo cuando los bancos reabrieron, pero Mayer nunca les devolvió la mitad del salario que temporalmente les quitó.
El apoyo a Sinclair.
Hay una subtrama política en ‘Mank’ que escarba en los motivos por los que Mankiewicz decidió escribir un guion tan incendiario contra W.R. Hearst. La cinta insinúa que el magnate estuvo relacionado con la campaña de desinformación y propaganda perpetrada por Hollywood contra el candidato demócrata a gobernador de California, el socialista Upton Sinclair. En la cinta, se muestra a Mankiewicz poniéndose de parte de Sinclair, frente a la opinión mayoritaria de los estudios, claramente republicanos.
Esto es una clara licencia artística de Jack Fincher, el desaparecido padre del cineasta y guionista del filme. Aunque es complicado catalogar las ideas políticas de Mankiewicz, se considera que sus postulados se inclinaban más hacia el partido republicano que al demócrata. Es más, la cinta minimiza el carácter conservador del escritor, dejándolo solo clara su falta de apoyo al Sindicato de Guionistas, al que rehusaba afiliarse.
La ayuda refugiada.
En una conversación entre Rita Alexander (Lily Collins), la secretaria de Mankiewicz, y fräulein Frieda (Monika Gossmann), la cuidadora del guionista, la última le comenta cómo el escritor salvó a un pueblo entero del nazismo. Esta confesión relatada en la película de Fincher provoca que la señora Alexander vea con otros ojos a Mank, ayudándole.
Sí es cierto que, pese a no tener alma de sindicalista, el guionista tampoco apoyaba las ideas fascistas. Hijo de judíos alemanes, ayudó a traer refugiados a Estados Unidos, les consiguió trabajo y ayudó económicamente a organizaciones relacionadas con el apoyo a refugiados en los años 30.
El dato
Fincher tuvo varios desacuerdos con la productora, PolyGram, porqué quería rodar la cinta en blanco y negro con una calidad visual que evocase a las producciones de la Edad de Oro de Hollywood, algo a lo que se negó el estudio.