El Juzgado Especializado de Instrucción “A” de San Salvador resolvió enviar a juicio a 12 pandilleros de la MS denominados “Los Centrales” tras encontrar suficientes pruebas que los incriminan en el delito de lavado de dinero y extorsión por más de $100,000.

Las investigaciones fiscales apuntan que los pandilleros hacían préstamos a vendedores informales del centro de San Salvador, del dinero que les extorsionaban.

En siete de los acusados, el juez consideró que no habían pruebas que los ligara a la estructura que se dedicara a la extorsión y venta de cigarrillos de contrabando en el centro de San Salvador y los sobreseyó provisionalmente.

Investigaciones de la Fiscalía General de la República han establecido que este grupo de pandillas operaba en el Centro Histórico de San Salvador y en el municipio de Nahuilingo, Sonsonate, entre 2018 y 2019.

En ese lapso fueron intervenidos sus teléfonos celulares y las autoridades detectaron actividades ilícitas como:

  • Extorsiones

  • Robos

  • Tráfico de droga

  • Asaltos

  • Contrabando

  • Venta de cigarrillos

  • Venta y compra de vehículos, algunos robados.


Como resultado de las intervenciones telefónicas, la Policía realizó un operativo el 29 de julio de 2019 y capturó a 17 de 19 requeridos por la justicia, los otros dos han sido declarados en “rebeldía”, afirmó uno de los fiscales.

Dentro de los detenidos figura José Armando Sandoval, alias “El Chapín”, encargado de obtener los cigarrillos de marcas extranjeras “Pine y Modern” y suplir a la MS.

Las investigaciones detallan que los Centrales de la MS habían acumulado una fortuna de tal magnitud que tenían la capacidad de conceder préstamos a los vendedores del sector informal del centro capitalino a tasas elevadas de interés, aunque Fiscalía, no las precisó.

“El dinero lo ponían a trabajar mediante la operación ‘pitufeo’ que consiste en dar determinada cantidad de efectivo a los pequeños vendedores y así poder obtener más ganancias”, afirmó un fiscal del caso.

“También se dedicaban a comprar y vender vehículos para así aumentar su efectivo”, agregó.

Los pandilleros tenían sus propios negocios con el que multiplicaban sus ingresos que en su mayoría obtenían de la misma extorsión que le hacían a los vendedores informales.

Por esos hechos Fiscalía, los acusa de lavado de dinero y activos, agrupaciones ilícitas y encubrimiento en casos especiales de lavado de dinero.