El Tribunal Tercero de Sentencia absolvió al subinspector Jaime Rigoberto Estrada Villalobos del delito de homicidio simple contra un conductor que en al menos tres ocasiones se resistió al llamado de la Policía Nacional Civil.

En la tercera vez, el oficial observó desde afuera que el sospechoso bajó su mano y tomó un arma, por lo que, según el juez, “en su justa defensa” disparó contra él y lo mató.

El juez basó su análisis en el manual de actuación policial en casos de alto riesgo, valorar lo expresado por los expertos de la Academia Nacional de Seguridad Pública, así como las argumentaciones de la Fiscalía General de la República y la defensa.

“Fueron fracciones de segundo entre la vida y la muerte; no podía esperar que le dispararan a él primero para defenderse, fueron circunstancias difíciles. Desde un escritorio puedo ser un franco tirador, pero en la escena es distinto”, sostuvo el juez.

Luego de la inspección del hecho, la División de la Policía Técnica y Científica determinó que la pistola que tenía la víctima al interior del carro y que intentaba tomar al momento de ser intervenido era de “juguete o de plástico” pero que por los reflejos de la luz de noche parecía un arma de verdad.

También quedó demostrado que la víctima, José Gilberto Álvarez, estaba ebrio.

El hecho ocurrido a las 7:00 de la noche del 7 de septiembre de 2019, causó gran revuelo en una hora de tráfico en el sector del puente Eureka en el bulevar del Ejército entre los límites de San Salvador y Soyapango.

De acuerdo con la investigación, la víctima identificada había permanecido dentro de su vehículo estacionado con los vidrios arriba y el motor encendido por varios minutos, a un lado de la calle Castillo y 20ª. Avenida Norte, en las cercanías del sector conocido como “la Avenida” en San Salvador, lo que despertó sospecha en algunos vecinos que llamaron a la Policía para que interviniera.

Los agentes policiales al mando del subinspector Estrada Villalobos, se acercaron al vehículo, le tocaron el vidrio que los tenía arriba y pidieron al hombre que se bajara, pero éste huyó y los policías lo persiguieron.

Lo alcanzaron sobre la 50ª. Avenida Norte y le volvieron a pedir que se estacionara y se bajara del vehículo, pero el conductor hizo caso omiso a la orden y volvió a escapar al bulevar del Ejército y se encontró con el tráfico paralizado sobre el puente Eureka y los agentes insistieron por tercera ocasión que se bajara del automotor.

Fue en esa vez que la víctima bajó su mano derecha y tomó un objeto que parecía un arma de fuego; en ese momento, el subinspector Estrada Villalobos se le adelantó y le disparó, alegando su justa defensa, pues parecía que sería atacado por el sujeto.

Aún con vida, la víctima fue llevada al hospital Amatepec, pero las lesiones por disparo de proyectil en el tórax le causaron la muerte de inmediato.

 

Inocencia


“En este día se ha comprobado mi inocencia ya que la actuación fue bajo la normativa policial y el señor juez ha dictado una absolución a mi favor”, dijo el oficial luego de salir de la sala de juicio.

El abogado defensor del oficial, William Pacheco, puntualizó que las pruebas de la defensa y la Fiscalía llegaban al mismo punto, “es decir a la no responsabilidad de mi cliente en el homicidio”.

“Quedó demostrado la ‘legítima defensa’ lo que conlleva a una exoneración total y absoluta de la persona que es acusada. Ante la creencia de aquel que dice estar defendiendo los derechos personales o de un tercero está válidamente autorizado ejercer el uso de la fuerza y este fue un caso concreto de eso”, argumentó el abogado.

Para el defensor en ese hecho, “hubo una agresión ilegítima que propició una necesidad razonable de defenderse de la misma y fue una situación que no fue creada ni originada por la PNC”.