Como Juan Carlos, los habitantes de la calle al Volcán, tanto en la colonia San Antonio como los edificios Inpep y condominios 400, escucharon el estruendo y salieron de sus casas a buscar a sus seres queridos. Vidrios, puertas y techos estallaron a 100 metros del punto de venta, debido a la onda expansiva ocasionada por la detonación de cuatro cilindros.
Ayer, los vecinos intentaban retomar su vida este fin de semana reparando sus casas; mientras el Ministerio de Salud (Minsal) desarrollaba una jornada médica para atender a los usuarios de la unidad de salud de Zacamil, cerrada por daños en su infraestructura.
La doctora Liz Granados atiende a los habitantes de Mejicanos, algunos con heridas menores o controles pospuestos por la tragedia, a pesar de haberla vivido en carne propia. Su tía, identificada como Teresa, se transportaba en la Ruta 23 que fue impactada por la explosión, y aún se encuentra en la unidad de cuidados intensivos (UCI) del hospital Rosales.
“Hay que ayudar a otras personas, yo sé que también sufren por este percance en la comunidad”, aseguró.