Un Juez del Tribunal Segundo de Sentencia de San Salvador encontró culpable a tres sujetos del delito de intento de robo agravado, en perjuicio de un taxista por aplicación “InDriver”, un hecho registrado en los primeros 15 minutos del 3 de diciembre de 2019 entre las calles al Volcán y San Antonio Abad, en San Salvador.
El juez fundamentó su fallo en el relato de la víctima y el testimonio de los dos agentes captores: “el hecho tiene toda mi credibilidad”. “Los tres sujetos se excedieron y fueron más allá de despojar de sus pertenencias a la víctima, la obligaron a trasladarlos a distintos lugares luego del robo”, dijo el juez.
Los imputados en este caso fueron identificados como Carlos Osaí Ramírez, Erick Salvador Guevara y Jonny Alexander Cruz Panameño.
El relato
La víctima relató los hechos que acontecieron entre la medianoche del 2 y primeros 15 minutos del 3 de diciembre, afirmó que él bajaba de calle al Volcán cuando recibió una llamada en la que solicitaban un viaje desde la intersección entre calle San Antonio Abad y avenida Bernal.
Ahí llegó el taxista y dos sujetos se identificaron como quienes le habían solicitado el servicio, uno se fue en el asiento del copiloto y otro en el asiento trasero; pocos pasos después se subieron otros dos y se ubicaron en el asiento trasero.
La carrera era relativamente corta, al redondel de la Constitución (La Chulona); cuando llegó a ese sitio, el taxista preguntó adónde los dejaba y uno contestó: “la verdad que este es un asalto”.
El pasajero que llevaba de copiloto, sacó una pistola, se la colocó en el abdomen al taxista mientras los otros veían para todos lados que no llegara la Policía.
“Me despojaron de $60 en efectivo y el celular”, dijo el taxista. Luego afirmó que le ordenaron llevarlos adonde los había recogido; a este nivel, el taxista relata que había entrado en pánico y nerviosismo, y el carro se le apagó en uno de los semáforos de la zona.
“Cuando esto sucedió y con el semáforo en verde, los conductores que venían atrás de mi comenzaron a pitar y a pitar”, eso molestó a uno de los tres que viajaban en el asiento trasero, quien en represalia le atravesó el brazo en el cuello y le pidió que siguiera conduciendo.
El taxista logró que el carro encendiera y siguió el recorrido pero “muy afligido”, y no veía bien la vía.
Eso enfureció a los ladrones y uno que viajaba en el asiento trasero le dijo al copiloto que le prestara la pistola “este ya me ha aburrido su comportamiento”, y amenazó con matarlo.
La angustia se apoderó tanto en el conductor que en momentos que pasaba frente al hospital Militar Central, frenó abruptamente para atraer la atención de los militares y se metió a ese parqueo.
Los delincuentes al verse que estaban en una zona militar y que pronto serían capturados, optaron por bajarse del vehículo, le devolvieron su celular y $30 de los $60 que le habían robado y salieron caminando.
Poco después, un militar se acercó al taxista y preguntó qué pasaba, porqué había entrado al parqueo del hospital, la víctima respondió que había sido asaltado por los hombres que recién se habían bajado. Un soldado intentó ir a detenerlos pero no lo logró, el ofendido llamó al 911 y denunció el caso.
De inmediato, dos patrullas se dirigieron a la zona, una para hablar con la víctima y la otra para buscar a los delincuentes por las características que la víctima había dado: que andaban vestidos de jean y camisetas oscuras, tenía de 18 a 23 años, de complexión delgada, facilitó que poco después fueran ubicados y capturados.
Para asegurarse que los tres detenidos eran los que habían cometido el asalto, uno de los agentes sacó foto a los tres y se la llevó a la víctima que estaba a 60 metros, este confirmó que eran ellos que minutos antes lo habían asaltado.