El juzgado fundamentó su fallo por la prueba testimonial presentada por la Fiscalía y que el testimonio de la víctima había sido corroborada por otras pruebas y que no dejaba duda que eran culpables.
“Esta es una extorsión que se da desde el 2016 hasta el 2018, le pedían dinero a la víctima a cambio de respetarle la vida y permitirle que continuara trabajando en la zona”, afirmó la fiscal del caso.
De acuerdo con la víctima, con clave “Grecia”, un grupo de sujetos lo visitó en agosto de 2016 al negocio y le dijeron que tenía que colaborarles, debía entregarles la suma de $50 por mes a cambio de no cerrarle el negocio y respetarle la vida.
Luego de esa vez, los imputados siguieron extorsionándolo hasta agosto de 2019, cuando los sujetos decidieron bajarle la cantidad a $40.
La víctima relató que siempre que llegaban a su negocio, un grupo se dirigía a él, y uno más, al que identificó como Alirio, se quedaba como a tres metros y mientras sus compinches lo acosaban con la exigencia del dinero, él se levantaba la camisa y mostraba un arma de fuego que llevaba en la cintura como un acto intimidatorio.
Agregó que el negocio no daba mucho y para entregarles la extorsión se tenía que rebuscar, incluso hasta pidiendo prestado, ya que les tenía gran pánico que le fueran hacer un daño a él o a su familia.
Grecia se refirió a los extorsionistas por sus apodos, dijo que a uno le apodaban el “Foco”, este “llegaba bien bravo y me daba miedo”. Lo describió como una hombre chiquito, gordito y pelo liso. Mencionó al "Chino Barro", también llegaba bravo y le decía “cómo es que tenía que pagar”.
A pesar del pánico que habían creado en él, la víctima afirmó que un día se armó de valor y lo denunció ante los investigadores de la Policía Nacional Civil, quienes le tomaron toda la información y lo ayudaron a protegerse.
Una de las medidas que la víctima tuvo que tomar fue cerrar el negocio y migrar a otro lugar ante la amenaza que la Máquina representaba para él y su grupo familiar.
Las autoridades investigaron el caso y los capturaron en 2019 y ayer enfrentaron el juicio por extorsión y agrupaciones ilícitas.
La fiscal del caso afirmó que el juicio estaba respaldado por prueba testimonial, declaración de clave Grecia, hechos que se corroboran con otro testigo con clave Williams”.
Al juicio solo asistió Kevin Vladimir Alfaro, los demás participaron del juicio desde los penales donde guardan detención: Apanteos en Santa Ana, La Esperanza o Mariona en San Salvador y cárcel de Mujeres en Ilopango.